En el contexto de la Cumbre de Estocolmo del año 1972, en su “Mensaje Ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo”, Juan Domingo Perón alertaba sobre este grave peligro, con capacidad de afectar a toda la humanidad y poner en peligro su supervivencia, relacionado a la contaminación del medio ambiente y la biosfera, y la dilapidación de los recursos naturales. Planteaba a su vez, la necesidad de un esfuerzo internacional mancomunado, para revertir este proceso de destrucción del equilibrio planetario.
La problemática del cuidado del ambiente y los ecosistemas se convirtió en una cuestión de importancia internacional a partir del año 1972, cuando se celebró en Suecia, Estocolmo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano. Este encuentro significo un punto de inflexión en la agenda mundial, ya que fue la primera gran conferencia organizada específicamente para trabajar cuestiones medio ambientales.
La Conferencia de Estocolmo tuvo una gran repercusión internacional y contó con la asistencia de los representantes de 113 países, 19 organismos intergubernamentales, y más de 400 organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales. Fue dirigida por el Primer Ministro sueco, Olof Palme y el Secretario General de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, con el objetivo de discutir el estado del medio ambiente mundial y elaborar una Declaración de Principios. Particularmente la Declaración enfatizaba que los recursos naturales de la Tierra -incluidos el aire, el agua, la tierra, la flora y la fauna- debían preservarse en beneficio de las generaciones presentes y futuras mediante cuidadosa planificación u ordenación; y que el hombre tenía la responsabilidad de preservar y administrar juiciosamente el patrimonio de la flora y fauna silvestres y su hábitat, que ya se encontraban en grave peligro por una combinación de factores nocivos.
Dicha Cumbre fue el comienzo de una toma de conciencia política y pública de los problemas ambientales globales. Sin embrago después de 50 años, en el marco de la actual Cumbre de Glasgow (COP26), queda demostrado que dichos problemas se han agravado a una magnitud tal que la actual crisis climática y ecológica, efectivamente está poniendo en riesgo la supervivencia misma de la especie humana sobre el planeta, si es que no actuamos de manera urgente, realizando cambios estructurales sin precedentes a nivel social y global, tal y como lo han señalado los científicos nucleados en el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC).

El Mensaje Ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo
Perón se aboca al estudio de la problemática ambiental y publica desde Madrid, difundido el 21 de febrero de 1972, el “Mensaje Ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo”. Allí plantea un diagnóstico que presenta una impactante vigencia:
“Creemos que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobre-estimación de la tecnología y la necesidad de invertir de inmediato la dirección de esta marcha, a través de una acción mancomunada internacional”.
Se dice que Perón conocía el pensamiento del filósofo Rodolfo Kusch -como lo conocía su maestro Leopoldo Marechal- y posiblemente haya tomado algunos de sus elementos de análisis, quien desarrolla la idea de “Natura”, tomada del conocimiento ancestral de los pueblos originarios, como base del pensamiento latinoamericano, contrario al pensamiento racionalista europeo. La idea de Natura exige cuidar la Naturaleza, considerando que somos parte de ella, mientras el racionalismo occidental plantea todo lo contario, considera a la Naturaleza como una cosa, como un objeto a ser utilizado, depredado y descartado.
Pero además de la lectura científica, que hace referencia a la destrucción de la Naturaleza y de los ecosistemas, Perón aportó su visión de estadista y de cuál debiera ser el grado de compromiso de la dirigencia política y de los líderes mundiales, en relación al escenario de colapso que enfrentamos como humanidad:
“La concientización debe originarse en los hombres de ciencia, pero sólo puede transformarse en la acción a través de los dirigentes políticos. Por eso abordo el tema como dirigente político, con la autoridad que me da el haber sido precursor de la posición actual del Tercer Mundo y con el aval que me dan las últimas investigaciones de los científicos en la materia”.
En su mensaje cuestionó además las mal llamadas “Sociedades de Consumo”, afirmando que son en realidad sistemas sociales de despilfarro masivo; alerta también sobre el exterminio de especies animales terrestres y especies marinas; y sobre la creciente toxicidad del aire de las grandes ciudades.
Entre sus recomendaciones para la búsqueda de soluciones, Perón señaló: “Necesitamos nuevos modelos de producción, consumo, organización y desarrollo tecnológico que, al mismo tiempo que den prioridad a la satisfacción de las necesidades esenciales del ser humano, racionar el consumo de recursos naturales y disminuyan al mínimo posible la contaminación ambiental”.
Finalmente, respecto de los ámbitos de acción y responsabilidades, Perón indicó: “La lucha contra la contaminación del ambiente y de la biosfera, contra el despilfarro de los recursos naturales, el ruido y el hacinamiento de las ciudades, debe iniciarse ya a nivel municipal, nacional e internacional. Estos problemas, en el orden internacional, deben pasar a la agenda de las negociaciones entre las grandes potencias y a la vida permanente de la Naciones Unidas con carácter de primera prioridad. Este, en su conjunto, no es un problema más de la humanidad; es el problema.”
Perón concluye su carta haciendo una serie de consideraciones.:
“ Finalmente deseo hacer algunas consideraciones para nuestros países del Tercer Mundo:
1. debemos cuidar nuestros recursos naturales con uñas y dientes de la voracidad de los monopolios internacionales que los buscan para alimentar un tipo absurdo de industrialización y desarrollo en los centros de alta tecnología donde rige la economía de mercado. Ya no puede producirse un aumento en gran escala de la producción alimenticia del Tercer Mundo sin un desarrollo paralelo de las industrias correspondientes. Por eso cada gramo de materia prima que se dejan arrebatar hoy los países del Tercer Mundo equivale a kilos de alimentos que dejarán de producir mañana;
2. de nada vale que evitemos el éxodo de nuestros recursos naturales si seguimos aferrados a métodos de desarrollo, preconizados por esos mismos monopolios, que significan la negación de un uso racional de aquellos recursos;
3. en defensa de sus intereses, los países deben propender a las integraciones regionales y a la acción solidaria;
4. no debe olvidarse que el problema básico de la mayor parte de los países del Tercer Mundo es la ausencia de una auténtica justicia social y de participación popular en la conducción de los asuntos públicos. Sin justicia social el Tercer Mundo no estará en condiciones de enfrentar las angustiosamente difíciles décadas que se avecinan. La humanidad debe ponerse en pie de guerra en defensa de sí misma. En esta tarea gigantesca nadie puede quedarse con los brazos cruzados. Por eso convoco a todos los pueblos y gobiernos del mundo a una acción solidaria.”
Fuete Ámbito / http://archivoperonista.com/