La condena a prisión perpetua de Maximiliano Quiroz, por el femicidio de Soledad Sotelo, que se conoció el miércoles por la mañana, no fue una sorpresa. Sino el resultado de un acuerdo entre las partes, para acceder al juicio abreviado, producto de una investigación impecable con la presentación de pruebas contundentes, que llevó a la declaración de culpabilidad del acusado. Todo con el acompañamiento permanente de las organizaciones feministas durante el proceso.
«Es la condena que esperábamos y sabíamos que iba a ser así porque la investigación fue un proceso largo, contundente, de hecho, por eso entendemos que aceptó el juicio abreviado, ante la necesidad de no exponerse, y nosotros sabemos que el juicio por jurado lleva mucho dolor para la familia, testigos, amigos y amigas», explicó a los medios Nancy Sotelo, hermana de la víctima y activista feminista, tras la lectura de la sentencia a prisión perpetua como autor penalmente responsable del delito de homicidio calificado por el vínculo, por ensañamiento y por darse en el contexto de violencia de género, con una pena de 35 años.
«Hoy fue un fallo reparatorio como lo esperábamos, pero una sentencia más. Hay mucho dolor y mucho odio que se lleva la vida de nuestras hermanas, así como le tocó a Sole le puede tocar a cualquiera», reconoció esta la dirigente, quien fundó en la provincia la organización feminista Mumala y acompañó en innumerables ocasiones pedidos de justicia y marchas contra la violencia machista.
Por esto, a pesar de esta condena ejemplar, Sotelo recordó: «Hay otros casos más no solamente de femicidios, hay casos de abuso, de violencia, queremos vivir en paz ese día será justicia».
Hermana y militante
Levantando una bandera pintada a mano, con la imagen y el nombre de su hermana, Nancy salió de tribunales y se dirigió a las organizaciones, familiares, amigas y compañeras y a la prensa que acompañó todo el proceso judicial, y -con la voz entrecortada por el dolor- comentó el desarrollo de la audiencia: «La defensa pidió que no lo filmen en la lectura de la sentencia, pidieron que no haya gritos ni insultos, respetuosamente escuchamos el fallo ante el asesino de mi hermana, y respetuosamente le decimos que se va a pudrir en la cárcel porque es un femicida».
Y añadió: «Ahí adentro tuvimos que guardar silencio, pero no nos callamos más, ante ningún Poder Judicial, ni Ejecutivo, ni Legislativo, porque queremos que dejen de matarnos, porque la justicia va a ser el día que nuestras hijas y hermanas sean libres y caminen seguras».
«Ahí va un asesino que pidió que no lo enfoquen, que no lo muestren, porque desató su violencia entre cuatro paredes, porque es cobarde como todos los violentos, y saben que las mujeres vamos a seguir luchando y los vamos a seguir a todos los lugares hasta que se haga justicia», añadió.
Asimismo, aseveró: «la Justicia también tiene que tener bien en claro que aunque le moleste la movilización popular nos van a tener siempre acá, no le tenemos miedo a ningún poder, que no se confunda nadie, que nadie piense que no tiene responsabilidad porque el movimiento de mujeres va a seguir hasta donde tenga que seguir y justicia va a ser el día que ninguna piba tenga miedo y viva en libertad».
«No queremos encarcelar femicidas, queremos libertad y paz y que nuestras hijas sean libres, pero si es necesario estar acá y en todas las luchas como siempre estuvimos vamos a seguir estando. Hoy se dio una condena perpetua para un femicida, pero sabemos que hay muchos que aún no están condenados, pero también, una vez condenados no tienen que tener privilegios, ningún violento, violador ni femicida con privilegio, ese día va a ser justicia», añadió.
Por último, Sotelo agradeció el acompañamiento de la Mesa Multisectorial Feminista y de toda la comunidad que se puso de manifiesto durante todo el proceso.
El caso
Mariana Soledad Sotelo era profesora de Lengua y Literatura, militante por los derechos de las mujeres y disidencias, como también contra la violencia de género, como su hermana Nancy, actualmente delegada del Inadi en el Chaco.
El femicidio ocurrió durante la madrugada del 20 de diciembre de 2021 en la casa de la víctima, ubicada sobre la calle Mendoza de Resistencia. Soledad recibió 20 puñaladas.