Se trata de uno de los ministros más gravitantes de la gestión del presidente Javier Milei. El titular del área de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se ocupó de revelar una situación latente en la opinión pública, pero que desde siempre fue oculta por el poder político («o la casta», al decir libertario).
«Veo escritorios vacíos, con gente sentada», denunció el funcionario nacional para describir una «normalidad» que «no puede seguir».
Cúneo Libarona no escondió su indignación y extendió la lapidaria -y necesaria, para muchos- explicación de la coyuntura latente en las oficinas del Estado. Con un núcleo de trabajadores afines al kirchnerismo decididos a marcarle la cancha a cual funcionario se instale en las dependencias que -en muchos casos- se vienen nutriendo de empleados K desde 2003.
«Rompieron siete veces el lector de huellas para marcar el presentismo», denunció el ministro de Justicia para graficar la gravedad del contexto.
Consideró que hay una «exagerada abundancia» de empleados en la cartera que dirige. Y se quejó: «Tengo gente que no sé qué hace». Además contó que les preguntó a quienes no tienen función alguna qué hacían y ellos se excusaron argumentando estar «pensando».
Con críticas a la gestión anterior, enfatizó en la rotura del aparato que permite controlar que los trabajadores cumplan con sus jornadas laborales, sobre lo cual decidieron colocar «una cámara para ver quién entra, quién sale y quién rompe».
«Estamos con un Estado enorme que genera gastos y hay que estar encima», remarcó Cúneo Libarona.
El reconocido abogado sacudió la jornada de viernes por lo que es una muestra cabal de lo que se replica en toda la órbita nacional, y abarca similares modalidades en ámbitos provinciales y municipales.
La usina estatal del empleo o de favores, con cargos de excusa, sin necesidad de cumplir labores específicas fue una de las acusaciones reiteradas que supo exclamar Javier Milei desde sus comienzos mediáticos hasta alcanzar la Jefatura de Estado.
No fue un hecho menor que un ministro de tanta relevancia y con tanta llegada al Presidente se haya encargado de mostrar a la ciudanía esta problemática. De esta manera, la teoría de que el sector público cuenta con una sobrecarga de empleados se hizo realidad.
La «mbopa» quedó sobre el desmanejo de la última administración en relación a los empleados estatales. Pero se debe tener en cuenta que en el período de Macri no hubo denuncias al respecto, con el consecuente ingreso de personal que se hizo durante la gestión del PRO.
Por ello, este tipo de exposiciones muestra a simple vista que la decisión de Javier Milei de exponer a la casta está tomada y está en marcha.
Resulta necesario recordar que el primer día hábil de su gobierno (el lunes 11 de diciembre), Milei encomendó a su Gabinete que retomaran la presencialidad plena en las oficinas, lo que provocó que cada edificio gubernamental se viera abarrotado de gente.
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