En el Día Internacional de la Mujer, un llamativo caso de violencia de género ocupa la atención de todos: el caso de supuesto abuso sexual que involucra a un sujeto que ya estuvo preso por pegarle a su novia. Lo discutible fue que en algún momento iría a ser liberado.
La jueza de Garantías de Resistencia, Rosalía Zozzoli, resolvió rechazar la oposición a la prisión preventiva dictada contra D.E.C.M., imputado por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante contra su vecina (23). Además, solicitó al fiscal que ordene la visita diaria de médicos especialistas durante el período de encierro y, de ser necesario, modificar el lugar de detención.
Ante la alarma pública que generó la potencial liberación de un imputado por drogar y violar a su vecina, finalmente Zózzoli resolvió rechazar la oposición a la prisión preventiva de D., quien se encuentra imputado por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, abuso sexual con acceso carnal, amenazas con arma de fuego, y lesiones leves, todo en concurso real, contra su vecina V., por un hecho que tuvo lugar el 3 de febrero pasado, publicó el portal Chaco Día por Día.
La decisión de la jueza se produjo luego de que la abogada querellante por la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros, Alma González, y el propio procurador general adjunto ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ), Miguel Fonteina, salieran públicamente a manifestar su preocupación ante la posible liberación del imputado, tal como había anticipado la propia magistrada durante la audiencia de oposición a la prisión preventiva.
No obstante, la jueza también solicitó al fiscal que disponga la asistencia médica diaria del imputado durante su encierro y que de ser necesario se modifique el lugar de detención para una mejor asistencia.
EL HECHO
V. (23) denunció que alrededor de las 23 del 3 de febrero último, su vecino D.C.M. le apuntó con un arma, la obligó a ingresar a su propio departamento donde la ató, la drogó y la violó en reiteradas oportunidades, además de propinarle golpes de puño en diversas partes de su cuerpo, rasguños y quemaduras de cigarrillo.
Todo sucedió mientras el hijo de V. (6) dormía en la otra habitación.