En septiembre, Mes de la Educación, la asociación civil Fe y Alegría Argentina retomó su campaña «Poné tu corazón por la educación». Desde 2016, año a año, la campaña se propone celebrar a maestras y maestros, educadores, estudiantes, familias y todas las personas que hacen posible que niñas, niños, jóvenes y adultos de los contextos más vulnerables del país accedan a una educación que les permita soñar un futuro diferente.
El corazón de Fe y Alegría latió con fuerza en septiembre. Un mes de historias que inspiran y emocionan, y la oportunidad de sumar el compromiso por la educación colaborando en su colecta anual.
Los fondos recaudados serán destinados para garantizar la continuidad educativa de los 6.154 estudiantes de las siete provincias del país donde Fe y Alegría está presente. En todo momento se puede colaborar ingresando a www.feyalegria.org.ar.
Para sumarse a la campaña «Poné tu corazón por la educación», un mínimo aporte puede hacer mucho, multiplicando historias de esperanza.
testimonios
La oenegé educativa Fe y Alegría lleva adelante una labor muy importante en el país y en los cinco continentes. En la Argentina, más de 6.500 personas de contextos vulnerables asisten a sus centros educativos, de oficios y comunitarios en Salta, Jujuy, Chaco, Corrientes, Santiago del Estero, San Juan y Buenos Aires.
En el pasado Mes de la Educación compartieron historias inspiradoras, celebraron a docentes y estudiantes e invitaron a sumarse a la campaña «Poné tu corazón por la Educación».
Candela Alegre tiene parálisis cerebral y gracias a sus profes y a toda la comunidad de su centro educativo en el barrio Ongay, en Corrientes, el año pasado egresó del nivel secundario y hoy estudia para ser operadora de informática para la administración y gestión.
En las afueras de la ciudad de Salta, cerca de un basural, cada semana se abren las puertas del Club de Emprendimiento con Propósito para acompañar a jóvenes y familias emprendedoras en sus proyectos y generar fuentes de trabajo digno. En San Miguel y en Quilmes, Buenos Aires, seis centros de primera infancia abren sus puertas cada mañana para recibir a 200 niñas y niños. En el Servicio Penitenciario Provincial de San Juan, desde el nuevo centro La Higuera, se escuchan las máquinas de coser para que personas privadas de libertad accedan a posibilidades de formación y sueñen con una vida distinta al salir del penal.
En Taco Pozo, Chaco, la juventud del nivel secundario se prepara para una nueva cosecha de miel. En San Martín, Buenos Aires, jóvenes recuperados del consumo están terminando sus estudios secundarios. En Bella Vista, Corrientes, Guadalupe, con síndrome de Down, asiste feliz a su escuela con la frase «Poné tu corazón por la educación» en el mural de bienvenida. Las historias se multiplican. Muchas veces invisibles, pero sus latidos se sienten y sus frutos hablan por sí solos. «Servir siempre a la educación de los más necesitados y servir al mayor número posible, esa debe ser nuestra ‘cédula de identidad’», dijo José María Vélaz SJ, quien fundó Fe y Alegría en Venezuela en 1955.
«El alma de nuestra vocación es el decidido empeño por la transformación social a través de la educación». Hoy la organización recibe a casi un millón de estudiantes en 22 países en tres continentes. «En la Argentina estamos presentes desde 1996, educando para la vida, el trabajo y una cultura de paz», contó Fernando Anderlic, director nacional. «Defender el derecho a la educación es una tarea de toda la sociedad y hay mucho trabajo por hacer. Para cambiar esta realidad se necesita el esfuerzo de todas y de todos. Por eso invitamos a toda la sociedad a ser parte de este gran sueño de educar para transformar la vida de la gente», afirmó.
Acerca de Fe y
Alegría Argentina
Fe y Alegría es una de las oenegés de educación popular de mayor envergadura en América Latina, con presencia a nivel global en 22 países. Pertenece a la Compañía de Jesús y en la Argentina trabaja desde 1996 alentando proyectos de transformación personal y comunitaria en los sectores vulnerables. Tiene presencia en Salta, Jujuy, Chaco, Santiago del Estero, San Juan, Corrientes y Gran Buenos Aires, en localidades con altos índices de pobreza y analfabetismo.
Cuenta con 6.500 estudiantes, siete centros educativos propios (con nivel inicial, primario y secundario), quince centros comunitarios, tres centros de formación profesional, una escuela primaria y dos secundarias para adultos, seis centros de primera infancia, cinco clubes de emprendimiento y siete grupos de protagonismo juvenil. Trabaja en alianza con los estados provinciales ofreciendo escuelas sin arancel para sus alumnas y alumnos.