Difunden los resultados de una investigación social inédita hasta el momento en la provincia y que cambia la percepción de la gente que está detenida en la provincia.
En un esfuerzo conjunto entre la Universidad Nacional del Litoral y el Comité para la Prevención de la Tortura de la Provincia del Chaco, se conocieron los resultados de una investigación pionera sobre las condiciones de vida en las unidades penitenciarias del Chaco, trabajo que representa un hito significativo en el estudio de la situación penitenciaria en la región.
El estudio se llevó a cabo mediante la aplicación de 264 cuestionarios a una muestra representativa de la totalidad de las personas privadas de libertad en las nueve unidades penitenciarias del Chaco, abarcando al 21,2% de la población penal. Cada cuestionario incluía 363 preguntas que abordaban diversos aspectos de la vida en prisión y las trayectorias de las personas con el sistema penal.
Datos inéditos
En las prisiones chaqueñas existen distintos tipos de pabellones o áreas, algunos que son
reconocidos formalmente como tales y otros que se han construido de un modo informal en la
cotidianeidad de la vida en el encierro y que se distinguen de aquellos que suelen ser calificados
de “comunes”.
Los pabellones evangélicos son los más elegidos porque allí hay menos violencia.
Estos son aquellos en que las personas privadas de su libertad aceptan vivir de acuerdo a ciertas reglas y dinámicas vinculadas a la práctica de un culto evangélico, por lo general, conectadas con alguna iglesia externa al escenario penitenciario y a un pastor que se encarga de visitar y predicar en este ámbito. De todos los encuestados, poco más de un quinto señaló que actualmente vive en un pabellón evangélico. Y poco más de un décimo dijo que vivió anteriormente en uno de ellos en esa u otra prisión chaqueña. Esto evidencia la presencia difundida que tienen este tipo de pabellones en la
Provincia de Chaco.
La enorme mayoría -7 de cada 10- de las personas privadas de su libertad que viven o han vivido en un pabellón evangélico sostienen que la conversión a la fe evangélica no es un requisito para alojarse en un espacio de este tipo. Sin embargo, casi un cuarto considera que sí es necesario.
Esto podría estar conectado con la existencia de diferencias en las prácticas entre distintos
pabellones evangélicos en una misma prisión o en diferentes prisiones.
Pabellones de narcomenudeo
Otro tipo de pabellón en las prisiones chaqueñas, en este caso formalmente estructurado como tal por el Servicio Penitenciario, es el denominado “pabellón de narcomenudeo” y que está ligado a la desfederalización de los delitos vinculados a las drogas ilegales que se sancionó legalmente en la provincia en 2015 y que se ha traducido en la investigación, persecución y sanción por parte de la justicia penal provincial de aquellos delitos menos complejos relacionados con este mercado ilegal.
Se trata de una población privada de la libertad relativamente contenida. En la encuesta sólo 1 de cada 10 personas privadas de su libertad dijo que vive o ha vivido en un pabellón de narcomenudeo en esta u otra prisión chaqueña.
Las evaluaciones de las condiciones de detención en los pabellones de narcomenudeo en
comparación con las de los pabellones comunes por parte de quienes viven o han vivido en los
mismos son variadas. 4 de cada 10 afirman que las condiciones son mejores. Pero una
proporción semejante afirma que son iguales y casi un quinto afirmó que las condiciones son
peores.
También se encuentran divididas las opiniones de las personas privadas de su libertad que viven
o han vivido en pabellones de narcomenudeo con respecto a si la frecuencia de episodios
violentos en estos espacios es mayor o menor que en los pabellones comunes de las prisiones
chaqueñas. Más de un tercio sostiene que son menos frecuentes, pero más de un cuarto
sostiene que son más frecuentes y una proporción idéntica plantea que son igualmente
frecuentes.
Pabellones de ofensores sexuales
Otro tipo de pabellón en las prisiones chaqueñas formalmente estructurado son los pabellones
de ofensores sexuales donde son alojados exclusivamente quienes han sido condenados por
delitos contra la integridad sexual. Casi un quinto de las personas encuestadas viven o han vivido
en uno de estos pabellones de ofensores sexuales en esta u otra prisión chaqueña.
Cuatro de cada diez personas privadas de su libertad que viven o han vivido en un pabellón de
ofensores sexuales consideran que las condiciones de vida allí son mejores que en un pabellón
común. Pero un terció considera que son iguales a las de esos otros pabellones. Sólo poco más
de un décimo de los encuestados afirma, en cambio, que son peores.
Un poco más de la mitad de las personas que viven o han vivido en pabellones para ofensores
sexuales consideran que los episodios violentos son menos frecuentes allí que en los pabellones
comunes. Solo una pequeña porción considera, por el contrario, que son más frecuentes.
Pabellones de conducta
Finalmente, existe otro tipo de pabellón en las prisiones chaqueñas oficialmente establecido, los
denominados “pabellones de conducta”, donde son alojadas las personas privadas de su libertad
que se encuentran avanzadas en el régimen progresivo y reciben calificaciones altas en cuanto
a su “conducta” y “concepto”. Una muy importante proporción de quienes han contestado la
encuesta vive o ha vivido en un pabellón de conducta en esta u otra prisión chaqueña -casi 8 de
cada 10. Esto se puede atribuir a que el etiquetamiento de un pabellón como de “conducta” no
solo obedece a una clasificación formal por parte del Servicio Penitenciario, sino a la
autopercepción de quienes se encuentran alojados en pabellones comunes, pero que
establecen una serie de pautas y reglas tanto para la convivencia armónica como una mayor
adhesión al tratamiento penitenciario. En la práctica de monitoreo del Comité para la Prevención
de la Tortura del Chaco se ha observado que esto resulta usual, por lo que los indicadores
siguientes deben ser tomados con cautela.
Una enorme mayoría de las personas privadas de su libertad que viven o han vivido en un
pabellón de conducta consideran que las condiciones de vida son allí mejores que en los
pabellones comunes -casi 8 de cada 10. El resto sostiene que son iguales pero casi no tiene
adhesión la visión de que son peores.
Delegados
En las prisiones chaqueñas, independientemente de los tipos de pabellones, existe una práctica
difundida de que exista una persona privada de su libertad que es designado como
representante de cada pabellón y funciona como un interlocutor con respecto a los guardias y
autoridades de la prisión, pero también con respecto a otros actores externos al Servicio
Penitenciario como, por ejemplo, el mismo Comité de Prevención de la Tortura de Chaco. En la
encuesta se le preguntó a las personas privadas de su libertad si esto ocurría efectivamente. La
enorme mayoría afirmó que sucedía -mas de 8 de cada 10 encuestados. Sin embargo, un poco
más de un décimo sostuvo que no. Esto podría revelar que en algunas prisiones o en algunos
pabellones de algunas prisiones esta práctica no está instalada.
Otros datos
Máximo nivel de estudios alcanzados de la personas privadas de su libertad en sede penitenciaria: el 42% terminó el secundario y el 3% el universitario.
Maltratos verbales, amenazas o insultos recibidos por los policías intervinientes durante el proceso de aprehensión o luego de ser alojado/a en una sede policial – Personas privadas de su libertad en sede penitenciaria: 37%.
Revisión médica luego de la aprehensión – Personas privadas de su libertad en sede penitenciaria -: 84%.
Quién llevó adelante la revisión: 72% personal de salud pública.
Detección e informe en la revisión médica de los eventuales maltratos físicos sufridos durante el proceso de aprehensión o durante el alojamiento en la sede policial: 27% no, pese a que lo sufrió.
Tuvo acceso a un abogado mientras se encontraba alojado/a en sede policial: 51,20% abogado particular y un 35% defensor público.
Posibilidad de llamada telefónica a familiares, amigos o abogados mientras se encontraba alojado/a en sede policial: el 65,10% no.
Vivió antes en otro pabellón: 65,50%, sí.
Condiciones de vida en el caso del último cambio de pabellón: 72,50% mejoraron.
Dispone de teléfono celular/notebook/tablets permitido por el servicio penitenciario: sí el 83%.
Tiene salidas transitorias: el 86,40% no.
Actividades deportivas y culturales: el 71,90% sí las realiza.
Participa de alguna actividad cultural (radio, teatro, música, etc) al interior de la unidad penitenciaria; 90,40% no.
Realiza trabajo de fajina dentro de la unidad penitenciaria: el 49,20% sí lo realiza; el 50,80% no.
Deseo de realizar alguna actividad de formación laboral: el 83,20% sí.
Acuerdo con que existe discrecionalidad por parte de las autoridades penitenciaria para otorgar el beneficio de realizar actividades de formación laboral y no como un derecho de todos: de acuerdo el 35,70%.
La educación
Asiste a alguna actividad educativa dentro de la Unidad Penitenciaria: La enorme mayor parte de las actividades educativas llevadas adelante por las personas privadas de su libertad son presenciales. Un grupo minoritario de encuestados señaló que llevan adelante actividades educativas online, para lo que la autorización de la utilización de teléfonos celulares, tablets y notebooks a la que hicimos referencia en la sección 16 debe haber sido un incentivo ulterior.
.
La cantidad de horas semanales dedicadas a las actividades educativas por parte de las personas privadas de su libertad suele ser bastante contenida. De este modo, más de un cuarto de los encuestados dijo dedicarle hasta 5 horas por semana y más de un quinto más de 5 horas pero menos de 10 horas semanales. Solo un poco menos de un tercio de los encuestados le dedica más de 10 horas por semana.
Las personas privadas de su libertad que realizan actividades educativas en las prisiones chaqueñas realizan en su enorme mayoría -casi 9 de cada 10- una valoración positiva de las mismas –“muy bueno” y “bueno”.
Como vimos, 4 de cada 10 personas privadas de su libertad no realizan ningún tipo de actividad educativa en las prisiones chaqueñas. A la hora de explorar las razones principales por las que
no lo hacen, la mayor parte de los encuestados eligieron “otros motivos”. Los que sí señalaron
alguno de los motivos ofrecidos en las respuestas preestablecidas eligieron con mayor
frecuencia -y en proporciones semejantes- “porque no le interesa estudiar” y “porque no existe
una oferta educativa que sea adecuada”. Esta última razón refiere a un déficit de la oferta
educativa disponible. Si a eso se le suma a quienes eligieron como razón que “se anotó para
estudiar pero no lo llevan y el servicio penitenciario alega motivos de seguridad”, “se anotó para
estudiar pero no lo llevan y el servicio penitenciario alega que no tiene concepto/conducta”, “se
anotó para estudiar y no lo llevan y no sabe porque” y “no hay cupo en la actividad educativa”,
resulta que casi 4 de cada 10 personas privadas de su libertad que no estudian en las prisiones
chaqueñas, no lo hace por falta de voluntad sino por problemas en la oferta y en la
implementación de las actividades educativas. Evidentemente, resulta este un terreno en donde
es preciso redoblar los esfuerzos hasta aquí realizados.
Sobre la encuesta
El trabajo de campo se inició en noviembre de 2022 y culmino en mayo de 2023 y fue llevado adelante íntegramente por un equipo compuesto por trabajadores y comisionados del Comité de Prevención de la Tortura de la Provincia de Chaco.
Se diseñó una muestra representativa de la totalidad de la población privada de su libertad en sede penitenciaria en la Provincia de Chaco, tomando en cuenta la población existente en cada unidad penitenciaria, así como también en cada uno de sus pabellones o sectores, al momento de iniciar el trabajo de campo.
Las entrevistas fueron desarrolladas cara a cara en las prisiones chaqueñas, asegurando condiciones de privacidad y confidencialidad. Se contó con la colaboración efectiva del Servicio Penitenciario de la Provincia de Chaco sin registrarse ningún tipo de inconveniente durante el trabajo de campo.
El cuestionario principal está estructurado en torno a 23 secciones, a saber: Características y trayectorias de las personas privadas de su libertad; Experiencias propias y familiares de privación de la libertad; Situación legal; Aprehensión, detención policial y traslado a unidad penitenciaria; Espacios de privación de la libertad y traslados; Tipos de espacios de privación de la libertad y dinámicas; Acceso a la defensa legal; Régimen de progresividad y tratamiento penitenciario; Sanciones disciplinarias; Requisas; Atención de la salud; Infraestructura y condiciones de privación de la libertad; Violencias y maltratos; Reclamos y protestas; Visitas, comunicación y salidas; Actividades educativas; Actividades recreativas y culturales; Actividades laborales y capacitación laboral; Relaciones con otros/as internos/as; Relaciones con los agentes penitenciarios; Opiniones sobre la vida en el encierro; Colectivos Específicos; y Mecanismos de monitoreo y protección de derechos. También se elaboró y empleo un cuestionario complementario destinado a las mujeres privadas de su libertad.
La investigación tuvo como director y codirector a Máximo Sozzo y Kevin Nielsen, respectivamente. El equipo de trabajo lo completan Araceli Ortigoza Peña, Ariela Álvarez, Bashé Charole, Cintia Abigail Miño, Darío Edgardo Gómez, Diego Gamboa, Esteban Pereyra, Francisco Sincovich, Gastón Brem, Isabella Paccio, Maria Jose Bogado, Mariana Mercado, Martin Pelozo, Matias Rolón, Micaela Soria, Natalia Ruidiaz, Roberto Sotelo, Selva Nazaruka y Silvina Canteros.
Los encuestados fueron seleccionados aleatoriamente en cada pabellón/sector de cada prisión chaqueña, respetando las cuotas fijadas para cada espacio de acuerdo a la cantidad de población de la prisión. La predisposición de las personas privadas de su libertad a ser parte del estudio fue muy marcada.
El riguroso trabajo de campo permitió recabar datos cruciales que proporcionan una visión integral de las condiciones de vida y los desafíos que enfrentan las personas privadas de libertad en la provincia.
Este estudio no solo constituye un avance académico, sino que también busca generar un impacto positivo en la formulación de políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones de vida en las cárceles y promover los derechos humanos de las personas privadas de libertad.
Cabe destacar que a este informe le seguirá uno próximo concentrado en el encarcelamiento femenino, el cual tiene presenta diferencias significativas con respecto al de los varones, como así también otro referido a las personas de pueblos originarios. El documento ya se encuentra disponible en http://prevenciontorturachaco.com.ar