Sánchez advirtió que ciertos sectores, especialmente aquellos con tareas repetitivas, serán los primeros en sentir el reemplazo tecnológico. «Los trabajos en call centers están entre los más expuestos. Son tareas repetitivas, manuales, y por eso fácilmente automatizables», explicó.
Según detalló, la IA ya está siendo utilizada en estos entornos, permitiendo respuestas automatizadas las 24 horas del día, sin interrupciones ni desgaste emocional. «Este tipo de IA no se enoja, no se cansa. Está siempre disponible para responder», subrayó.
No obstante, fue enfático en remarcar que el objetivo no debería ser ver a la IA como una amenaza. «La tecnología no viene a reemplazar al humano, sino a potenciarlo. La clave está en cómo nos preparamos para convivir y trabajar con ella», aseguró.
Capacitación como respuesta
En declaraciones a Radio Natagalá, Sánchez sostuvo que uno de los principales desafíos es la falta de preparación frente a estos cambios.
«Cada uno debe tomar conciencia de que esta tecnología ya está entre nosotros y va a seguir avanzando. Por eso, es fundamental capacitarse. No podemos esperar que un político venga a solucionarnos esto», expresó, y añadió: «El cambio debe nacer desde uno mismo», dijo.
También hizo hincapié en la necesidad de una educación tecnológica temprana. «Argentina tiene mucho talento, pero faltan manos. Hay que trabajar en la alfabetización digital desde edades tempranas, y también con quienes ya están en el mercado laboral», indicó.
IA en medicina y decisiones críticas
Consultado sobre los usos de la IA en la medicina, Sánchez habló de los avances logrados en diagnóstico por imágenes y análisis clínicos. «Antes se necesitaban varios médicos para interpretar una imagen, hoy con IA entrenada, muchas veces basta uno solo. Se ha avanzado mucho en análisis automatizados, pero aún no estamos en una etapa donde se pueda operar completamente sin intervención humana», precisó.
Sánchez se refirió al concepto de IA débil, la fase actual de desarrollo, y diferenció entre tres niveles: IA débil, IA fuerte e IA superinteligente. «Hoy estamos en la etapa débil. La IA aún no toma decisiones conscientes ni autónomas. Son algoritmos que procesan datos y entregan respuestas lógicas. No saben que existen», explicó.
La Argentina frente al mundo
Finalmente, al ser consultado sobre la posición del país frente a potencias tecnológicas como Japón, Sánchez sostuvo: «La Argentina tiene un talento humano excelente, pero aún nos falta en infraestructura y formación masiva.
El tiempo que nos separa de países como Japón no se mide solo en años, sino en decisiones políticas y educativas. Lo importante es que el potencial está».
Riesgos éticos y sesgos en los algoritmos
Uno de los puntos más sensibles abordados en la charla fue el de los sesgos algorítmicos. Sánchez trajo como ejemplo el caso de Amazon: «Su sistema de selección de personal fue entrenado con currículums de hace diez años, donde predominaban los hombres.
El resultado fue que solo se calificaban favorablemente perfiles masculinos, desestimando los de mujeres, incluso con excelente formación».
Otro caso que mencionó fue el de Google: «El sistema de reconocimiento de imágenes fue entrenado mayoritariamente con fotos de personas blancas.
Cuando se enfrentaba a personas negras, las etiquetaba como ‘gorilas’. Eso no solo es un error técnico, es un sesgo con consecuencias gravísimas».
¿Hacia una IA autónoma?
Cuando se abordó la posibilidad de que la inteligencia artificial tome decisiones por sí sola, especialmente en contextos militares, Sánchez fue cauto: «No tengo conocimiento específico sobre IA militar, pero está claro que el objetivo hacia el que avanza esta tecnología es la toma de decisiones autónoma.
Aún así, sin alma ni conciencia, el factor humano tiene que seguir estando».
Una herramienta que expone y también protege
Sánchez también se refirió al uso de la IA en la generación de contenidos audiovisuales falsos, como videos manipulados o discursos apócrifos: «Todavía hay detalles que delatan la falsedad, como gestos mal ejecutados o movimientos que no coinciden. Pero se está imitando muy bien, y eso exige un ojo crítico cada vez más entrenado».
Finalmente, el analista cerró con una mirada equilibrada: «Hay incertidumbre, sí. Pero no podemos mirar solo el vaso medio vacío. También hay beneficios. La IA va a desplazar ciertos trabajos, pero también generará otros.
La clave está en la capacitación y en el uso ético de estas herramientas».
Riesgos y el futuro
Sobre los riesgos asociados al uso de IA, Sánchez no minimizó las posibles amenazas. «Puede usarse para el bien, como en la medicina, pero también puede convertirse en un arma.
Ya hay protocolos de emergencia, como el apagado de nodos, pero estamos ante un futuro con muchas incertidumbres», señaló.
Ilustró este punto con un ejemplo reciente: «Una película mostraba el apagado de una ciudad por 10 segundos. En la realidad, hace poco pasó algo similar en España, donde el 70% del país quedó paralizado. Si bien hay sistemas de seguridad, los riesgos están».
Ante este panorama, fue claro en su recomendación: «Debemos prepararnos como sociedad. La educación tecnológica no puede esperar.
Hoy tenemos que formar talento que entienda, controle y desarrolle estas herramientas».
Regulación ausente y vulnerabilidad legal
Durante el intercambio, Sánchez expresó su preocupación ante la falta de un marco normativo en países como Argentina. «Hoy no hay leyes que regulen el uso de la inteligencia artificial, al menos yo no las conozco», señaló, al referirse al riesgo de que voces, rostros o identidades digitales puedan ser utilizadas con fines delictivos sin el consentimiento de las personas involucradas.
«La justicia avanza, sí, pero lo hace más lento que la tecnología. ¿Quién va a normar estos temas? ¿Quién va a legislar?», se preguntó.
Y apuntó que en regiones como Europa ya se está trabajando en regulaciones más avanzadas.
Según el especialista, la sociedad tiene un rol clave: «Los cambios comienzan desde la base social. Necesitamos exigir que los funcionarios públicos estén preparados, que no sean expertos, pero sí tengan un conocimiento mínimo para legislar con criterio sobre estos temas».
Formación y pensamiento crítico
Sánchez hizo hincapié en la necesidad de formación transversal, sin importar la edad o el rubro profesional. «La capacitación no es solo para los jóvenes. Los Sub 40, Sub 50, Sub 60 también debemos prepararnos. El que se capacita se potencia, el que no… se queda», aseveró.
Propuso algunas herramientas clave: «Lo primero es aprender a interactuar con la IA. Saber formular preguntas claras, lo que se conoce como manejo de prompts.
También es fundamental aprender a comunicar y a trabajar en equipo, porque la IA no reemplaza el factor humano. El talento sigue siendo imprescindible».
Consultado sobre si el mal uso de estas herramientas puede generar una sociedad menos crítica, respondió con franqueza: «Depende de cada uno. Si solo pedimos a la IA que haga todo por nosotros, corremos el riesgo de volvernos haraganes mentales. Pero bien utilizada, puede ser una aliada extraordinaria».