Los comerciantes denuncian pérdidas económicas y falta de diálogo ante la decisión del Municipio de Resistencia de eliminar las estructuras montadas sobre la vía pública. Piden una mesa de trabajo urgente y advierten que la medida pone en riesgo empleos e inversiones.



La resolución municipal que obliga a bares, restaurantes, cafés y heladerías a desmontar en 60 días sus balcones gastronómicos encendió una fuerte polémica en Resistencia. La medida, firmada por el intendente Roy Nikisch y su equipo, busca liberar la vía pública en nombre de la seguridad vial y el reordenamiento urbano. Sin embargo, desde el sector gastronómico advierten que podría traer consecuencias graves: caída en la facturación, pérdida de empleos y el desmantelamiento de un corredor gastronómico que llevó años construir.
🔴 «Nos mata esta decisión. Si reducimos mesas, reducimos personal. Y eso significa despidos»
Diego Arribas, dueño del bar Brews

“No pedimos privilegios, solo queremos trabajar”, expresó Macarena Amadey, propietaria del local Macakes, quien cuestionó la forma en que se comunicó la resolución: “Duele que en lugar de apoyarnos, nos pongan trabas. Esta decisión nos deja sin margen para sostener el negocio”.
La medida revoca una disposición de 2021, que en plena pandemia autorizaba el uso de la vía pública para colocar decks y mesas al aire libre, permitiendo a los comercios funcionar con aforos reducidos. La nueva normativa –Resolución N.º 1382/2025– se ampara en el Código Único de Tránsito y Transporte y establece que calles y veredas deben mantenerse completamente despejadas.
🟠 «Los balcones no son un problema si están bien señalizados. ¿Qué prefieren, mesas con gente o autos estacionados?»
Dino Paganucci, de Heladería Dino
Pero los comerciantes cuestionan la falta de diálogo y el poco tiempo para adaptarse. Diego Arribas, del bar Brews, señaló que la medida implica una pérdida directa de capacidad operativa. “Reducir mesas significa reducir personal. Nos mata. Hay gente que depende de estos trabajos”.
También se sumó Dino Paganucci, histórico referente del rubro y dueño de Heladería Dino: “Nos castigaron en pandemia y ahora nos vuelven a castigar. Estos balcones no son un peligro si están bien señalizados. ¿Cuál es el problema? Si no están, solo habría autos estacionados”.

Para Paganucci, la decisión revela un desconocimiento de la dinámica local. “En Resistencia hace 40 grados. La gente prefiere estar al aire libre. Esto no es solo estética: es una cuestión de viabilidad económica”.
Además, comerciantes y empresarios gastronómicos cuestionan la falta de un plan de acompañamiento. “Nos exigen desarmar, pero no ofrecen alternativas. ¿Cómo seguimos?”, se preguntan.
🟡 «No pedimos privilegios. Solo queremos trabajar y que nos escuchen antes de desarmar todo»
Macarena Amadey, propietaria de Macakes
A contramano de otras ciudades latinoamericanas que consolidaron estos espacios como parte de la reactivación económica y la identidad urbana, en Resistencia la gestión municipal decidió avanzar con el retiro. Mientras tanto, los comerciantes organizan reclamos y no descartan acciones legales o de protesta. “Lo que pedimos es sencillo: una mesa de diálogo. Que escuchen antes de destruir lo que tanto costó levantar”, resumió Arribas.
En medio de un contexto económico delicado, la medida del Ejecutivo municipal no solo tensa la relación con un sector clave para el movimiento comercial y turístico de la ciudad, sino que también abre un nuevo frente de conflicto para una gestión que hasta ahora ha mostrado escasa presencia pública y creciente malestar ciudadano.
Fotos: Osvaldo Salvador Ramírez