Al igual que en todo el país, en Resistencia y en toda la provincia se celebra este jueves 7 de agosto el Día de San Cayetano, con una jornada que conjuga devoción religiosa, misas, procesiones y movilizaciones sociales.
Como cada año, miles de fieles se acercan a las capillas, que existen en honor patrono del pan y del trabajo, como es el caso de la primera en la ciudad, ubicada en San Buenaventura del Monte Alto 54, donde se celebran siete misas a lo largo del día.
Al mismo tiempo, gremios, sindicatos y movimientos sociales marchan desde las 9.30 horas para acompañar la misa central convocada por la CGT Regional Chaco, con mensajes que denuncian el impacto del ajuste económico y exigen justicia social.
“Este 7 de agosto no vamos a pedir milagros, vamos a exigir justicia social”, advirtieron días atrás Adrián Bellomi e Isaías Alegre, secretarios generales de la CGT Chaco.
Una jornada de
fe y compromiso
La parroquia de la calle 1 estará abierta de 7 a 22 horas, y ofrece misas a las 00, 8, 10, 15, 17, 18.30 y 20.30 horas, celebradas por diversos sacerdotes de la diócesis local. La misa para niños, con procesión incluida, se realiza a las 18.30.
Desde la comunidad parroquial se solicitó a los fieles que, en lugar de velas y flores, entreguen alimentos no perecederos como ofrenda, o donaciones al alias C.SANCAYETANO.
La comunidad de la Capilla San Cayetano remarcó que la celebración de este 7 de agosto tiene un fuerte componente intergeneracional, y que niños, jóvenes, adultos y personas mayores participan activamente de la jornada. Durante la misa de las 18.30, dedicada especialmente a las infancias, se realiza una procesión encabezada por niñas y niños que llevan ofrendas, banderas y velas. Además, se anunció que a lo largo del día habrá momentos de bendición personal, en los que los sacerdotes ofrecerán oración para quienes enfrentan dificultades laborales o familiares.
Economía popular
en torno a la fe
Como cada 7 de agosto, la celebración de San Cayetano también moviliza a numerosos vendedores ambulantes que se instalan en las inmediaciones de la capilla para ofrecer estampitas, velas, espigas de trigo, pancitos y otros objetos simbólicos que los fieles llevan a bendecir durante las misas. Para muchas familias, esta jornada representa una oportunidad concreta de ingreso, ya que la venta informal ligada a la festividad les permite sostenerse económicamente. Así, la devoción popular no solo se expresa en la fe, sino también en la subsistencia cotidiana de quienes encuentran en este día una forma digna de ganarse el pan.
marcha de trabajadores
Mientras que por su parte, la CGT convocó a trabajadores y delegados gremiales a concentrarse en la esquina de avenida 25 de Mayo y calle 1. Desde allí, marchan hacia la capilla, donde se realiza una misa especial.“Sin trabajo no hay futuro. San Cayetano nos une, la dignidad nos sostiene.”, expresaron los dirigentes sindicales.
En Buenos Aires, la marcha parte desde Liniers hacia Plaza de Mayo“En la capital del país, la tradicional movilización por el Día de San Cayetano se desarrolla desde primeras horas de la mañana. Las organizaciones populares, gremiales y de derechos humanos marchan desde el santuario de Liniers hasta Plaza de Mayo, con el objetivo de visibilizar el deterioro social y exigir políticas públicas que garanticen pan, techo, tierra, trabajo y paz.
Participan la UTEP, las dos CTA, la CGT, la CATT, ATE, agrupaciones estudiantiles, feministas, jubilados y partidos políticos.
“El pueblo merece ser libre y feliz. No vamos a permitir que nos roben la dignidad”, sostuvo el Frente Sindical por la Soberanía.
El secretario general de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, calificó la jornada como el inicio de un nuevo ciclo de protesta nacional:“Después de 18 meses de Milei, los trabajadores somos más pobres, más endeudados y con la salud deteriorada. Esta movilización debe ser la antesala de un nuevo paro general.”
Por su parte, Daniel Catalano, de ATE Capital, denunció el vaciamiento del Estado:“Nos dejaron sin políticas de infancia, discapacidad, empleo y medio ambiente. El pueblo ya no aguanta más.
cuidar el empleo
una prioridad
En la víspera de San Cayetano, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) difundió un comunicado en el que alertó por el creciente desempleo y llamó a proteger todas las formas de trabajo.“Trabajar constituye un derecho fundamental que sostiene la vida familiar y el tejido social”, dice el documento firmado por el arzobispo Marcelo Colombo, el cardenal Ángel Rossi, y los obispos César Fernández y Raúl Pizarro
La Iglesia advirtió que “ningún plan económico puede considerarse exitoso si implica que los trabajadores pierdan su empleo o viven con angustia e incertidumbre”. Además, reconoció con énfasis “toda actividad que dignamente lleva el pan a la mesa: changas, economía popular, reciclado, emprendimientos familiares y empleo formal”.
“Pedimos la intercesión de San Cayetano para que no falte el trabajo digno en nuestros hogares”, concluyeron.
legado del santo
de la providencia
San Cayetano nació en 1480 en Vicenza, Italia, en el seno de una familia noble. Abogado de formación, renunció a todo privilegio y dedicó su vida a la ayuda de los pobres y enfermos. Fundó la congregación de los Teatinos, promovió hospitales, viviendas para indigentes y hasta un banco para personas sin acceso al crédito, en una época dominada por la usura.
“San Cayetano apostó por tomarse en serio la vida. Vivió la verdad y el amor de manera concreta, con compromiso hacia el pobre real”, explicó el padre Ricardo Rojas, párroco de la capilla chaqueña, durante la celebración del año pasado.
Rojas destacó que la jornada de San Cayetano “no es solo una fecha litúrgica”, sino una expresión viva del pueblo.Rojas destacó que la jornada de San Cayetano “no es solo una fecha litúrgica”, sino una expresión viva del pueblo.
La devoción popular en Argentina cobró fuerza durante la crisis de 1930. El santuario de Liniers se convirtió desde entonces en símbolo de fe del pueblo trabajador.
santuario chaqueño
Según relató el padre Ricardo Rojas, la llegada de la devoción a San Cayetano al Chaco se remonta a 1967, cuando un grupo de trabajadores organizados impulsó la creación de una capilla en su honor en el entonces barrio Pichili de Resistencia. “Fue un gesto del pueblo que buscaba un espacio propio para rezar y agradecer por el pan diario. La capilla nació como una casa humilde de oración y se fue transformando con el tiempo”, explicó. Desde entonces, cada 7 de agosto se celebra en ese mismo lugar, con la participación creciente de fieles de toda la provincia.