Por Facundo Sagardoy
A días de anunciarse, la producción dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn alcanzó cerca de 500.000 espectadores y se posicionó como el tercer mejor debut del año, incluso por encima de los estrenos de Disney y Marvel.
En un contexto complejo para el cine argentino, marcado por una caída histórica de público en las salas —julio registró el nivel más bajo desde 2009—, una comedia logró revertir la tendencia.
“Homo Argentum”, la más reciente apuesta de Duprat y Cohn con Guillermo Francella en un desafío actoral sin precedentes, convocó a más de 470.000 personas en su primer fin de semana y se consagró como la película nacional más vista de 2025.
El director del Museo Nacional de Bellas Artes y parte del equipo de guionistas, Andrés Duprat calificó a “Homo Argentum” como uno de los estrenos más relevantes del año. La película, protagonizada por Guillermo Francella, está compuesta por 16 relatos breves en los que el reconocido actor interpreta a distintos personajes.
“Homo Argentum es una película en la que intervine en parte del guion, con Francella, que reúne 16 historias”, señaló Duprat. Añadió: “Varias de las historias las escribí yo. Fue un trabajo intenso y muy feliz. Hay muchos proyectos en marcha y no me alcanza el tiempo”.
La expectativa en torno a la película radica en la versatilidad de Francella, quien asumirá 16 papeles diferentes en registros breves. Para Duprat, esta propuesta sintetiza la posibilidad de explorar la diversidad de la identidad argentina a través del cine.
El proyecto se enmarca en una serie de colaboraciones de Duprat junto con Mariano Cohn y Gastón Duprat, con quienes ya ha realizado títulos de impacto como “El ciudadano ilustre” y “El artista”. La alianza creativa busca nuevamente poner en diálogo lo popular y lo sofisticado, una constante en la obra del guionista y curador.
EL CINE COMO LENGUAJE DEMOCRÁTICO
Duprat sostuvo que el cine posee una potencia singular frente a otras artes. “El cine tiene un poder increíble. Yo lo estoy verificando en estos años que me dedico a la gestión cultural en artes visuales, pero también al cine, que tiene una potencia… y cada vez más”.
El guionista comparó la repercusión de una muestra de artes visuales con la llegada masiva de una película: “Nosotros hacemos una muestra, trabajamos dos años, es exitosa porque acá viene mucha gente y pasaron 70.000 personas. Y 70.000 personas en cine no es nada. Es como un fracaso”.
Para Duprat, la clave está en la accesibilidad: “En cambio, el cine es muy democrático. El cine, las series, las ve todo el mundo. Incluso aunque no te guste, las ves igual y las podés criticar”. Con estas palabras, destacó la capacidad del audiovisual de penetrar en audiencias internacionales, traspasando fronteras culturales y lingüísticas.
También puso énfasis en el humor incómodo que atraviesa sus películas. “Es un humor por situaciones que decís: ‘Uy, Dios, ¿qué va a pasar? Qué incomodidad que esté pasando esto’. Y genera… yo creo que genera un poco de nervios, te genera gracia, pero está más orientado a generar situaciones de incomodidad que a uno no le gustaría atravesar”.
EL EQUIPO CREATIVO:
UNA ALIANZA
SINGULAR
Duprat resaltó la dinámica de trabajo con su hermano Gastón y con Mariano Cohn. “Somos un equipo. Trabajamos desde el origen. Para mí, nuestro método es mejor que el de la industria. Desde el origen trabajamos juntos”.
Explicó que el proceso de escritura y producción es compartido y continuo: “Si bien yo escribo, ellos, desde la génesis del proyecto, están opinando. Entonces uno no pierde el tiempo en presentaciones, porque ya en las mismas conversaciones uno dice: ‘No, no vayamos para este lado, tratemos de concentrarnos en esto’”.
Además, destacó que su rol no termina en el guion: “Ellos generosamente me hacen intervenir más que lo normal a un guionista. Entonces yo elijo qué actores, estoy en los castings, en la dirección de arte. Eso ayuda, me parece, a la película o a la serie final”.
Para Duprat, esta metodología colaborativa permite preservar la voz original del proyecto: “Es importante que esté quien la creó. Yo con ellos, diez. Es un diez. No es lo habitual. Muchas veces los guionistas se quejan de que pierden el control de la obra. Para nada es mi caso”.
CULTURA, PODER
Y CRÍTICA SOCIAL
En sus reflexiones, Duprat reafirmó que uno de los ejes recurrentes en sus películas es el choque entre lo popular y la llamada alta cultura. “Yo creo que uno puede hacer una obra buenísima y que sea absolutamente discernible para cualquier persona, no solo para los expertos o los snobs”.
Señaló que esta tensión aparece en títulos como “El artista”, “El hombre de al lado” y “El ciudadano ilustre”, donde se desarma la impostura intelectual y el esnobismo cultural. “A nosotros nos interesa realmente desmontar esa impostura del intelectual, del que se hace el canchero, el agudo, porque es medio una postura vacía”.
El guionista vinculó esta mirada con ejemplos de la música popular. “Charly García es un artista absolutamente popular y a la vez es sofisticadísimo. Tiene un nivel de poesía altísimo, musicalmente también, y sin embargo lo corean en cualquier picnic”.