Con un salame de 16,1 metros Tandil bate un record para la gastronomía argentina. Presentado en el Festival de la Sierra, pesa casi 46 kilos y es el salame con denominación de origen más largo de toda América.
«Hacen falta más de 15 personas para poder mover el salame», aseguró a La Nación Juana Etchezarreta, presidenta del Consejo de la Denominación de Origen Salame de Tandil, al referirse al salame tandilero de 16,1 metros y 45,65 kilos que fue presentado en el marco del Festival de la Sierra, que concluye mañana en esa ciudad.
La pieza constituye un récord para la gastronomía argentina, y para la americana: se trata del salame con denominación de origen más largo confeccionado en todo el continente. «El récord, si bien no está homologado por algún organismo, sí está certificado por escribano -aclaró Etchezarreta-.
Existen en el mundo otros salames de gran escala, que en general son más anchos y cortos porque resultan más sencillo de hacer. El nuestro tenía que estar a tono con lo que manda nuestra denominación y no podía tener más de 55 mm de calibre, así es que batimos el récord a lo largo.»
Único en su especie, el Salame de Tandil cuenta con la primera Denominación de Origen del país para un alimento agroindustrial. Obtenida en 2011, después de 15 años de estudios de factibilidad, la denominación de origen busca proteger un producto genuino e histórico de la región, ya que el clima, las pasturas y el ganado de la zona son claves para la obtención del sabor que distingue a este producto en el mundo y que, ahora, tiene además un récord propio. «No es sencillo hacer un salame tan largo en el marco de nuestra Denominación de Origen -insiste Etchazarreta-.
Fundamentalmente porque todos los ingredientes que usamos van en fresco: condimentos, ajo y hierbas aromáticas. Y eso hace que trabajar en forma manual esas cantidades dificulte el armado. Pero para eso buscamos batir un récord: para desafiarnos y dar a conocer las virtudes de la Denominación de Origen Salame de Tandil».
Como toda denominación de origen, la del salame tandilero es estricta en lo que a la materia de origen: todas deben ser obtenidas dentro de la región, proveniente de ganado vacuno y porcino con alimentación a base de pasturas y maíz, respectivamente, y respetando ciertas proporciones: un 54% a 60% de carne de cerdo; un 18% a 21% de carne vacuna; y entre un 20% y 25% de tocino dorsal (grasa de cerdo).
«Estacionado y curado en el clima benigno de Tandil -frío pero no helado, húmedo en general y ventoso- luego del curado el salame adquiere la consistencia necesaria y el «emplume» (como se conoce a los hongos que lo recubren) que le dan el color blanco ceniza tan característico», explicaron los expertos en salaminería de Tandil.
El Festival Chacinar es organizado por el Consejo de la Denominación de Origen Salame de Tandil, el Clúster Porcino de Tandil y el Municipio de Tandil, con el acompañamiento de productores, empresas y entidades locales.
El nuevo récord del salame más largo del mundo, alcanzado durante el Festival Chacinar con una pieza de 487,22 metros, tuvo una repercusión sin precedentes y volvió a poner a Tandil en la mirada del mundo.
Medios de comunicación de países como Corea, Australia, India, Turquía, China, México, Estados Unidos y Rusia, entre otros, destacaron la hazaña de los productores tandilenses, el trabajo colectivo que hace posible este logro y el valor cultural y productivo que representa la Denominación de Origen Salame de Tandil.
El Festival Chacinar es organizado por el Consejo de la Denominación de Origen Salame de Tandil, el Clúster Porcino de Tandil y el Municipio de Tandil, con el acompañamiento de productores, empresas y entidades locales.
Como ocurre cada año, el Festival Chacinar generó una enorme cobertura internacional y de este modo la quedó demostrado que comunidad de Tandil además de produce el salame más largo del planeta, también cuenta una historia que sigue creciendo año a año
Descanso y aventura en un encantador marco serrano
Las sierras que se dibujan en el horizonte devuelven un reflejo inspirador. Y cuando son iluminadas por ese sol que aquí pega bien fuerte en verano, es imposible no terminar bronceado. Es que en Tandil el calor no ahoga porque el clima es seco y abundan las piletas. Esta ciudad serrana es una escala encantadora en cualquier viaje, un destino privilegiado de la provincia de Buenos Aires.
Por sus clásicos paseos, el cerro El Centinela y su aerosilla, la piedra movediza y su réplica instalada en el mismo lugar donde durante siglos hizo equilibrio la original, la cascada, el lago del Fuerte, el parque Independencia o la reserva Sierra del Tigre, por citar los lugares más emblemáticos de una ciudad con variadas ofertas de alojamiento y gastronomía. Además, Tandil es sede del Festival de la Sierra, que se lleva a cabo desde 1984, cuando se realizó el primer Encuentro Folclórico Nacional.
Por eso en febrero, la ciudad se transforma en un referente entre los festivales de danzas del país. Por el escenario rodeado de sierras pasaron consagrados artistas de la talla de Los Chalchaleros, Los Hermanos Abalos, Jairo, Antonio Tarragó Ros, El Chango Nieto, Luis Landriscina y Los Nocheros, entre otros destacados grupos y solistas. Desde 2011 la fiesta suma el aporte organizativo del recientemente conformado Consejo de la Denominación de Origen del Salame de Tandil, ya que aquí se producen los mejores productos chacinados del país.
La piedra que late
Hay un punto referencial de Tandil: la piedra movediza. Esa roca de 300 toneladas oscilando en un peñasco fue observada por primera vez en 1700 por el sacerdote Silvestre De Roxas. Y de allí surgió el nombre de la ciudad en lengua araucana: tandil significa piedra que late.
La legendaria piedra, que durante dos siglos supo atraer a visitantes argentinos y extranjeros, cayó finalmente el 29 de febrero de 1912. Pero en mayo de 2007 fue reemplazada por una réplica exactamente igual a la original, construida con un armazón de acero y revestida en plástico. Está erguida en el Parque Lítico del cerro La Movediza, hasta donde asciende un sendero con escalones. A los pies del cerro hay un estacionamiento para vehículos, ferias de artesanos que ofrecen desde bijouterie hasta piezas en cuarzo y restaurantes.
Las sierras de Tandilia uno de los afloramientos rocosos más antiguos del mundo es escenario ideal para practicar actividades al aire libre, como trekking, mountain bike, rappel y tirolesa. Y si se trata de seguir gratificando la vista, el lugar indicado es el mirador de la ciudad, en el Parque de la Independencia. Desde allí, a 286 metros de altura, se aprecia Tandil en toda su dimensión. Sobre la cima, el Castillo Morisco es una invitación a almorzar, cenar o tomar una deliciosa merienda con vista a la ciudad.
El paladar se reconforta aún más con los típicos salames y quesos tandileros. Y Syquet es una referencia obligada. Ingresar a su local, en la tradicional esquina de Rodríguez y Mitre, estimula los sentidos. El mostrador repleto de los exquisitos productos Cagnoli es especial. Es una tentación la cantina de maduración de 200 jamones. El establecimiento promociona la Denominación de Origen de Salame de Tandil (DOT). Y si uno se deja llevar en demasía por los exquisitos sabores de Tandil, el Lago del Fuerte es ideal para bajar de peso. Sobre la orilla se puede caminar y trotar por la senda aeróbica, además de bicicletear y practicar actividades náuticas. También, para los amantes de la pesca, hay buen pique de pejerrey. En el extremo sur, el Balneario del Sol cuenta con un complejo de piletas, terrazas, juegos, confitería y parrillas. Y nada mejor que despedirse de la ciudad en Epoca de Quesos, un restaurante que elabora sus propios quesos artesanales con pimienta, con cenizas, con especias, ubicado en el edificio de una vieja posta, la esquina más antigua de Tandil.
La Nación

