Un festejo nocturno en un quincho de avenida Charata terminó con disparos y un operativo policial que incluyó el secuestro de una camioneta y la demora de un hombre. Vecinos advierten que los episodios de violencia se repiten y reclaman mayores controles en la zona.

Un nuevo episodio de violencia volvió a encender las alarmas este domingo por la mañana en la zona sur de Resistencia, donde una celebración nocturna en un quincho derivó en una pelea con disparos de arma de fuego. El hecho ocurrió en inmediaciones de avenida Charata al 1200, en el área que comprende los barrios Montecarlo y Altos de Urunday.
De acuerdo con testimonios recabados en el lugar, la situación se desbordó luego de varias horas de música a alto volumen y consumo de alcohol. En medio de una discusión, uno de los participantes habría extraído un arma de fuego y efectuado disparos, generando temor entre vecinos que, sorprendidos por la violencia, buscaron refugio en sus viviendas.
Si bien no se informó oficialmente sobre personas heridas, el episodio provocó un fuerte malestar en el barrio. Los residentes aseguran que los conflictos asociados a fiestas en quinchos se repiten con frecuencia y que los reclamos por ruidos molestos y disturbios no reciben respuestas efectivas. “Es una situación que se volvió habitual los fines de semana”, indicaron.
Tras el hecho, personal de la División Sustracción Vehicular de la Policía del Chaco realizó un operativo vinculado a la causa. Cerca de las 11.45, en calle Ceibo al 1600, los efectivos secuestraron una camioneta Toyota SW4 de color negro, sin dominio colocado, y demoraron a un hombre que estaría presuntamente relacionado con el incidente ocurrido horas antes.
Según fuentes policiales, tanto el vehículo como la persona demorada quedaron a disposición de la Justicia mientras avanzan las actuaciones para esclarecer lo sucedido y determinar responsabilidades.
El episodio volvió a poner en evidencia el reclamo de los vecinos por una mayor presencia policial y controles municipales en sectores donde proliferan los quinchos y las reuniones nocturnas. Advierten que la falta de regulación y supervisión convierte estos espacios en focos de conflicto, con riesgos concretos para quienes residen en la zona.
Desde el barrio insistieron en la necesidad de medidas preventivas que eviten que hechos de estas características vuelvan a repetirse y terminen con consecuencias aún más graves.

