Una iniciativa que inició el arquitecto Carlos Alabe, presidente de la Fundación Ciudad Limpia en febrero, recrea en forma mensual fachadas de lugares o edificios significativos de Resistencia en un croquis a mano a alzada que se publican en las redes sociales.
Entre los ya materializados se encuentran la ex Estación del Ferrocarril Francés, el Fogón de los Arrieros, el Club Social de Resistencia, la Escuela 2 Raúl B. Díaz, el otrora edificio del Cine SEP, donde actualmente funciona el Complejo Cultural Provincial Guido Miranda y el histórico Chalet Rapaccioli, entre otros.

Resistencia a mano alzada, promete continuar recreando en papel aquellos espacios y edificios que por su historia y relevancia representan y traen a la memoria de los resistencianos una parte de la historia. «Es una propuesta más que hago para honrar a mi querida Resistencia», reseñó Alabe al publicar uno de los primeros croquis que en escala de grises recrean parte de nuestra historia arquitectónica.
«Cada mes recrearé con mis trazos de croquis algún lugar o edificio significativo de mi amada ciudad», escribió el 3 de febrero pasado, dando comienzo así a una serie de publicaciones en Facebook con su primera publicación del tímpano con reloj de la ex Estación del Ferrocarril Francés en su rol de arquitecto y docente que lo identifica como tal.
Escuela 2
Raúl B. Díaz
El edificio de la actual Escuela 2 Raúl Basilio Díaz «cuyo nombre se debe al inspector que luchó mucho por la educación, ex Escuela de Niñas creada en 1888, se inauguró el 27 de agosto de 1930 y fue sede de la histórica Convención Constituyente donde se redactó la Primera Constitución provincial.
Su estilo arquitectónico neocolonial obedece a líneas determinadas para el periodo donde se pretendió dar un Estilo netamente Argentino, principalmente a los edificios públicos, de ello hablan sus tejados, su frontis con detalles del Barroco español con sus curvas y contracurvas diseñadas en esta obra por el arquitecto Alberto Gelly Cantilo y Construida por José María Fosser.
Club Social de Resistencia
Este imponente edificio ubicado en la avenida Alberdi 283 de Resistencia, fue construido entre 1912 y 1930 por la familia Dodero.
Esta entidad, comenzó a funcionar compartiendo el espacio con otras instituciones como la Sociedad Italiana y más adelante el Grupo Centro Patria y Cultura de la escuela Normal, el Ateneo del Chaco, la Cultural Inglesa y el Rotary Club.

En 1938 se designó una comisión integrada por los señores Mario A. Gabardini, Maulio Ceornassini y Adolfo Lagerheim, quienes firmaron el boleto de compra venta del inmueble situado en la calle Obligado esquina avenida Alberdi, donde en esa época funcionaba la Municipalidad de Resistencia, desde aquel momento sus socios contaban con una enriquecida biblioteca y sala de lectura, salas de entretenimientos, y en su salón principal se llevaban adelante las celebraciones patrias recordadas por sus veladas de gala.
Diseñado y ejecutado por el reconocido arquitecto Bruno del Mónico, tiene su emplazamiento en pleno centro, a 200 metros de la plaza principal. Este eclecticismo de fines del siglo XIX, con un estilo francés en su cubierta e italiano en su fachada, lo define y distingue de cualquier otra construcción local. La fachada de la edificación, la entrada con su escalera y balaustradas, el jardín del frente y la piscina, otorgan jerarquía al conjunto. Las oficinas y amplios salones internos, testigos de importantes acontecimientos sociales y culturales, el mobiliario, la iluminación y ornamentación del lugar, engrandecen su jerarquía.
Cine SEP
Era una de las últimas salas que se resistía a cerrar en el interior del país. Actualmente funciona el en el sitio el Complejo Cultural Guido Miranda, ubicado en la calle Colón 170. El edificio fue construido en 1934 por el arquitecto italiano Pedro Fiaccadori.
Quien no recuerda las matinés con películas de cowboys, gladiadores y los esperados estrenos del cine catástrofe. Inolvidable telón con publicidades previa a la función.
Monumento de
la Loba Romana
El 20 de septiembre de 1920 se inauguró el gran monumento de la Loba Romana, o Luperca, cuyo autor es el arquitecto Pedro Fiaccadori, y que fue obsequiado por la comunidad italiana a Resistencia y al Territorio del Chaco en agradecimiento a su hospitalidad, y en memoria de las familias que en 1878 y 1879 llegaron al paraje San Fernando para poblar la colonia, convirtiéndose en la segunda escultura emplazada en la ciudad luego del águila de la tienda La Chaqueña, construida por Bruno Del Mónico.
Aeropuerto Internacional de Resistencia
En enero de 1962 quedaron finalizados los trámites para la ejecución de la obra al ratificarse por parte de la Legislatura el convenio de la provincia con la empresa constructora Chacofi SA, que tendría a su cargo la construcción de la pista, la plataforma de operaciones, calles de carreteo y el camino de acceso desde la ruta nacional 11.
En marzo de ese año las obras de superficie estaban en ejecución. La Dirección e Inspección Técnica estuvieron a cargo del titular de la Consultora, ingeniero Oscar Grimaux y su principal colaborador, el ingeniero Pedro Beltramino, junto a un equipo técnico de topógrafos, agrimensores y laboratoristas.
El plazo de ejecución fue establecido en 18 meses, pero varios factores incidieron para que se fuera prolongando: además de razones climáticas, los cambios frecuentes de las máximas autoridades provinciales, ya que entre el 19 de marzo 1962 y el 12 de octubre de 1963 ocuparon la máxima responsabilidad dos gobernadores constitucionales y cuatro interventores nacionales.
El 13 de septiembre de 1963 se oficializó el nombre de Aeropuerto Internacional de Resistencia y el 24 de marzo de 1965 fue habilitada oficialmente la pista con una extensión de 2.800 metros de largo, 45 metros de ancho, y un límite de carga de 270 toneladas.
Aerostación: terminal, torre
de control y más obras
La construcción del edificio de la terminal de pasajeros fue contratada con la empresa Durnbek. Tiene una superficie cubierta de 8.500 metros cuadrados consta de espigón de embarque, hall central, sector de pre embarque, confitería y restaurante, y sector de servicios.
La Torre de Control y Central de Operaciones estuvo a cargo de Ingeniería y Construcciones, de Julio Michilo y Miguel Di Lucca, y comprende la totalidad de los servicios operativos de control de vuelo, oficinas operativas del control de área y Jefatura de la Región Aérea Noreste.
Por varios años la terminal funcionó en instalaciones de madera adaptadas al servicio que cumplía.