El ex intendente de Resistencia e ingeniero hídrico, Benicio Szymula, afirmó que el área metropolitana chaqueña cuenta con el sistema de defensa contra inundaciones «más robusto del país», diseñado para resistir crecientes de magnitud milenaria.
Según explicó, las obras ejecutadas durante los gobiernos de Ángel Rozas permiten hoy afrontar fenómenos extremos sin riesgos de desastres como los ocurridos en Bahía Blanca, donde hubo víctimas fatales. «Podemos tener algunos barrios con problemas, puede entrar algo de agua en alguna casa, pero eso es un tema de falta de desagües locales. A nivel macro, nosotros estamos muy bien en lo que hace a infraestructura», afirmó a Radio Natagalá.
Asimismo advirtió que el deterioro vial causado por camiones con exceso de carga representa un riesgo estructural inminente para el puente Chaco-Corrientes.
También criticó el abandono del mantenimiento de rutas nacionales y provinciales, denunció la ineficiencia logística del país y reclamó controles estrictos sobre el transporte pesado para evitar tragedias y costos millonarios: «Estamos pagando un fondo vial que no se invierte y lo terminamos pagando todos con nuestros vehículos».
Defensa hídrica
Durante la entrevista, Szymula detalló el nivel de preparación que posee Resistencia frente a eventos hídricos extremos. «Nosotros tenemos diseñado el área metropolitana con el mismo criterio técnico con el que se diseñó Yacyretá: para una creciente que puede darse una vez cada 10 mil años», explicó.
Este tipo de planificación, según señaló, no es habitual: «En la mayoría de las ciudades del mundo se diseña para crecientes de retorno cada 50 o 100 años. Por eso vemos inundaciones en lugares como Alemania, España o Estados Unidos».
El ingeniero remarcó que esta infraestructura se ejecutó entre fines de los años 90 y principios de los 2000, en el marco de los gobiernos provinciales liderados por Ángel Rozas. «Nosotros tuvimos un muy buen equipo en la Subsecretaría del Agua y en la Dirección Provincial. Se trabajó a fondo», aseguró.
Gracias a esas obras, enfatizó, Resistencia «no va a tener las consecuencias trágicas que tuvo Bahía Blanca, donde hubo muertos por la lluvia, o Valencia, con víctimas también por la forma del relieve y la falta de escurrimiento adecuado».
En cambio, en la capital chaqueña, «los desagües primarios y secundarios están resueltos a nivel macro. Lo que falta es completar las obras locales», dijo.
la deuda pendiente
Aunque celebró las grandes obras hidráulicas, Szymula también fue claro al señalar los déficits que persisten en el plano barrial. «La gente ve el pavimento, pero no lo que hay debajo. Y el desagüe es mucho más caro que una cuadra de asfalto», afirmó.
Esto, según explicó, dificulta que se priorice esta infraestructura en la inversión pública. «En cualquier ciudad del mundo se discute si los ciudadanos están dispuestos a pagar por obras que no se ven. Acá también deberíamos hacerlo», sostuvo y aclaró que los inconvenientes en ciertos barrios de Resistencia, donde aún se registran anegamientos, se deben precisamente a la falta de estas obras locales.
«Podemos tener incomodidad, alguna entrada de agua, pero no una catástrofe. Eso es importante entenderlo: no es lo mismo tener que barrer el barro que perder una casa o una vida», resumió.
San Pedro un caso particular
En cuanto a los desafíos puntuales de infraestructura, Szymula se refirió a San Pedro Pescador, una de las zonas históricamente más vulnerables frente a la erosión del Paraná. «Es un lugar que se construyó sobre un refulado, donde antes estaba el obrador del puente Chaco-Corrientes. Después la gente se fue asentando allí», explicó.
Si bien aclaró que no se trata de una zona inundable por creciente directa, admitió que los problemas vienen por las excavaciones laterales del río. «Se han construido espigones, faltan obras complementarias, pero está mejor que antes», valoró.
También advirtió que no todos los sectores pueden protegerse al 100%, especialmente cuando hay ocupaciones irregulares muy cerca del cauce.
El puente, riesgo creciente
Uno de los temas que más preocupan a Szymula es la integridad estructural del puente General Belgrano. El ingeniero volvió a insistir en la necesidad de controlar el peso de los camiones que lo transitan. «La ley de tránsito establece la relación entre la potencia del motor, los frenos y el peso máximo de carga. Pero eso no se cumple», afirmó.
Según investigaciones realizadas en la Facultad de Ingeniería de la Unne, camiones con exceso de peso han llegado a frenar a escasos centímetros de los obenques -los tensores que vinculan la calzada con la estructura central del puente-. «Esto es gravísimo. En Rosario-Victoria pasó algo similar y el puente estuvo clausurado durante meses», recordó.
«En ese caso pudieron desviar el tránsito porque hay dos carriles por sentido. Pero acá no hay alternativa. Si un camión impacta contra un obenque, ningún ingeniero va a firmar la habilitación sin una evaluación estructural completa», advirtió.
controles antes del peaje
Para prevenir una tragedia, Szymula propuso una solución concreta: instalar balanzas fijas y móviles en el sector derecho antes del peaje, en la mano que va hacia Corrientes. «Ahí hay espacio suficiente para hacer los controles. Lo propusimos hace años, pero no se concretó», lamentó.
El problema, explicó, no se limita al riesgo de colapso del puente. El tránsito de camiones con sobrepeso también destruye el pavimento. «El abovedamiento que se ve en la calzada es por exceso de carga. Esto no es una sospecha: está demostrado», afirmó.
Red vial devastada
El deterioro de las rutas argentinas fue otro de los ejes centrales del análisis de Szymula. «Si usted no repavimenta a tiempo, la rotura avanza geométricamente. Es como el cáncer: si no lo trata a tiempo, hace metástasis», ejemplificó.
Por otra parte, recordó que el costo de no mantener las rutas lo paga toda la sociedad: «Cuando un bache revienta una cubierta, cuando hay que repavimentar de nuevo, lo pagamos con nuestros impuestos. Y eso ya lo pagamos cuando cargamos combustible, porque hay un porcentaje que va al fondo vial. ¿Dónde está ese dinero?».
A nivel nacional, criticó la falta de políticas sostenidas en obra pública. «El Estado dice ‘no hay plata’, pero el transporte se está cayendo a pedazos. ¿Cómo va a exportar más el campo si los camiones no pueden salir de los campos?», se preguntó.
Costo logístico: la
Argentina, a mitad
Szymula también se refirió al impacto económico de la falta de infraestructura. «La logística argentina es ineficiente. El Banco Mundial mide esto cada dos años y estamos a mitad de tabla entre 167 países», afirmó.
Recordó un informe de televisión que comparaba precios entre la Argentina y España. «En dólares, productos como gaseosas, carne o leche salen más caro acá que allá. ¿Por qué? Porque el transporte acá es carísimo. El estado de las rutas lo encarece todo», dijo.
de la inversión al litigio
Frente a la campaña en redes sociales que promovía no pagar la verificación técnica vehicular (VTV) hasta que se mejoren las rutas, Szymula fue contundente: «Si me pasa algo, le inicio juicio al Estado. Porque estoy pagando un impuesto al combustible que debería garantizarme rutas en condiciones, y eso no se cumple. Es una malversación de fondos».
Reiteró que «sin logística eficiente no hay competitividad», y que el sistema actual «hace más lento y más caro todo: más combustible, más desgaste, más tiempo. Si antes de Charata a Rosario se tardaba un día, hoy se tarda dos».
Disponible, pero no
a cualquier precio
Al cierre de la entrevista fue consultado sobre su posible retorno a la función pública. Si bien reconoció que sigue activo y con energía, aclaró que solo lo haría en condiciones específicas: «No estoy para sentarme en un sillón a tomar café y pensar en candidaturas. Ya pasé esa etapa».
Tras esto concluyó: «Me siento satisfecho. Como con la defensa hídrica del área metropolitana. Pero no depende de mí volver, así que no es un tema que esté evaluando».