El presidente de la Federación Económica del Chaco (Fechaco), Ernesto Scaglia expresó su profunda preocupación por el estado de las rutas nacionales y provinciales, especialmente la ruta nacional 16, y cuestionó duramente la reimplementación de radares de velocidad en corredores viales destruidos.
«Nos están tomando el pelo», lanzó en referencia a las declaraciones del subsecretario de Seguridad, quien había asegurado que el regreso de los radares no tenía fines recaudatorios sino de seguridad vial.
«Sabemos que hay rutas que son provinciales y otras que son nacionales, pero la verdad es que ambas están en muy malas condiciones. La ruta 16, que es una de las principales arterias para la producción chaqueña, está completamente destruida. Encima, nos cobran peaje sin que haya ningún tipo de mantenimiento. No hay banquinas, no hay seguridad, y sin embargo seguimos pagando», denunció el dirigente.
En declaraciones a Radio Natagalá, Scaglia detalló que los empresarios chaqueños transitan frecuentemente esa vía para asistir a reuniones de integración regional, lo que los obliga a enfrentar de manera cotidiana los riesgos de circular por rutas en mal estado. «Hablo a título personal y también en nombre de todos los integrantes de la Federación. Conocemos esa realidad de primera mano», subrayó.
En este sentido, reconoció que la provincia realiza ciertos esfuerzos por mantener las rutas que están bajo su jurisdicción, pero consideró que no es suficiente.
«Sabemos que hay un esfuerzo del gobierno provincial en el mantenimiento de rutas provinciales, pero también necesitamos que se atiendan las rutas nacionales. Es un gran problema no solo en el Chaco, sino en toda la región e incluso en el país», afirmó.
«Una ruta destruida y encima te ponen un radar»
Scaglia fue particularmente crítico con la decisión de reponer radares de velocidad en caminos visiblemente deteriorados. «El concepto de seguridad vial tiene que ser integral. No se puede poner un radar en una ruta destruida. Eso es un radar ‘cazabobos’, como decimos. Hay localidades en las que la ruta pasa a dos, tres o incluso cinco kilómetros del casco urbano, y sin embargo ahí están los radares. Todos están en la rta 16, justamente una de las más deterioradas y menos mantenidas», agregó.
Además, compartió un caso reciente: «Un comerciante de Machagai estaba muy enojado porque rompió una cubierta del auto y tuvo suerte de que no pasó a mayores. Muchos te dicen que ya no pueden viajar en auto y tienen que descargar todo y subirlo a una camioneta, porque es más seguro. La situación es insostenible».
Asimismo, Scaglia advirtió que las malas condiciones de las rutas impactan directamente en el costo de la producción y del transporte. «Todo esto se suma al costo del productor: el FET, los seguros, el desgaste de los vehículos. Ya sea que transportes granos, cereales, madera o productos industriales, el deterioro de los caminos eleva los costos de manera exponencial», explicó.
«Yo mismo volví de Sáenz Peña el otro día y no pude ir a más de 60 kilómetros por hora. Y eso que estaba en una camioneta. Imaginate lo que es para un auto más chico. Es totalmente absurdo querer controlar la velocidad cuando no se puede transitar con normalidad», sentenció.
Tarifas eléctricas y tiempos políticos
Por otra parte, Scaglia también hizo mención a las tarifas eléctricas como otro de los puntos críticos en la agenda del empresariado chaqueño.
Si bien reconoció la predisposición del gobierno provincial, advirtió sobre las diferencias de ritmo entre el sector privado y los tiempos de la política. «Nuestros tiempos son distintos. Nosotros necesitamos soluciones rápidas para poder sostener la producción, y muchas veces la respuesta no llega a tiempo», explicó.
Retenciones y producción en crisis
Consultado sobre el fin del período de excepción en el pago de retenciones a algunos productos agrícolas, Scaglia manifestó su preocupación por el impacto que tendrá el retorno de ese tributo en las economías del interior, particularmente en provincias como el Chaco.
«Hay que trabajar sobre un esquema que contemple la situación de las provincias productoras como la nuestra, que tienen dificultades logísticas para sacar su producción por falta de infraestructura», señaló.
El titular de Fechaco también hizo referencia a las adversidades que enfrentaron los productores en los últimos años. «Tuvimos sequías muy duras, y ahora el sector del maíz fue fuertemente afectado por la chicharrita. Muchos productores quedaron en una situación muy complicada», explicó.
En ese marco, advirtió que las retenciones desalientan la inversión y la siembra.
«El productor necesita volver a creer, necesita volver a invertir. Pero si el Estado se queda con una parte tan grande de su esfuerzo, es difícil que eso ocurra», afirmó.
También mencionó la caída de los precios internacionales de los commodities como otro factor que agravó la situación del campo.
«Nos tocó un combo muy complicado: el clima, los problemas sanitarios y la baja en los precios internacionales. Está muy difícil para el productor», resumió Scaglia, aunque valoró que en algunas zonas del país, como la región núcleo, comenzaron a observarse mejoras gracias a lluvias que permitieron avanzar con la siembra de trigo.
Por último, instó a que las entidades representativas del agro a nivel nacional se movilicen para defender al sector. «Hay que salir a pelear a nivel nacional, con entidades como Cammpe -a la que pertenecemos- y con otros sectores del campo.
Sabemos que es difícil lograr una baja de retenciones porque también hay necesidades de recaudación por parte del gobierno nacional, pero tenemos que dar esa pelea», concluyó.
Reunión de la Fechaco
Durante la entrevista, Scaglia también se refirió a la última reunión mensual de la comisión directiva de la Fechaco, realizada en Presidencia Roque Sáenz Peña. «Fue una reunión con dirigentes de toda la provincia, y allí tratamos distintos temas que preocupan al sector.
Muchas veces nuestros reclamos son escuchados por el gobierno provincial. En esta ocasión estuvo presente un diputado que se llevó un listado de planteos, aunque varios de ellos corresponden al Poder Ejecutivo más que al Legislativo», indicó.
Entre los temas tratados, además de la infraestructura vial, se destacaron los problemas energéticos en el interior y la necesidad de reformas tributarias.
En ese sentido, Scaglia valoró la reciente reducción del impuesto a los ingresos brutos: «Fue un reclamo que veníamos haciendo desde hace mucho tiempo. Siempre comparábamos nuestra situación con la de provincias vecinas. Mientras del otro lado del puente pagaban 2,9%, nosotros pagábamos 3,5%. Logramos que se apruebe una baja, y eso es muy importante».
El dirigente consideró que esta medida es un paso en la dirección correcta para hacer más competitiva a la provincia: «Hay provincias que cobran ingresos brutos del 5%. Con esta reducción, creemos que el Chaco puede empezar a competir por inversiones, por la instalación de nuevas industrias, por la llegada de capitales.
Es parte de una política para estimular el desarrollo productivo».
Deterioro de la clase media
Scaglia expresó su preocupación por la situación que atraviesan miles de argentinos que históricamente se identificaron como parte de la clase media, pero que hoy encuentran serias dificultades para sostener ese estatus.
«Está complicado ser clase media en este momento», sostuvo el empresario y agregó: «Si hacés una encuesta, creo que el 90% nos sentimos de clase media porque eso fue algo aspiracional para el argentino, pero hoy es muy difícil mantenerse dentro de esa franja».
Según explicó, aunque la inflación mostró una leve desaceleración en los últimos meses, persiste un fuerte desfasaje entre precios y salarios. «La inflación venía por el ascensor y los salarios por la escalera. Todavía falta una recuperación del salario para que se pueda sostener la clase media», afirmó.
Asimismo, también volvió a reclamar una reducción en la presión impositiva. «Siempre hemos planteado la necesidad de bajar impuestos nacionales.
Cuando estuve en el piso conversando con ustedes, comparaba los impuestos que se pagan en países limítrofes con los que se pagan en la Argentina. Eso nos hace muy poco competitivos», subrayó.
En esa línea, sostuvo que las trabas burocráticas también dificultan la actividad económica, aunque reconoció que se están «desenredando un poco».