Benicio Szymula fue crítico sobre la paralización de la obra pública. En diálogo con LA VOZ DEL CHACO, analizó el impacto y la asoció con el ajuste, la desinversión y el incremento de los accidentes viales.
«Los índices de siniestralidad están creciendo, especialmente los choques frontales. Las rutas deterioradas obligan a los conductores a hacer maniobras peligrosas. Esquivar un bache puede ponerte en una situación límite. Quienes manejamos lo sabemos muy bien», afirmó.
«Cualquier persona que mire los portales de noticias del país podrá ver que el problema es el mismo en todas las provincias. Acá en el Chaco, las rutas están en condiciones lamentables. Eso no solo afecta la seguridad vial, sino también la economía», detalló.
Y agregó: «Los fletes se encarecen porque los camiones se rompen, circulan más lento, y eso reduce la rotación. En época de cosecha, significa menos viajes, más costos y menos competitividad para los productores».
«Estoy de acuerdo con el equilibrio fiscal, pero hay que repensar el rol de la obra pública. Los peores momentos para la infraestructura en este país fueron cuando las obras dependían directamente del Ministerio de Economía, como ocurre ahora», advirtió.
Recordó su paso como delegado del Plan Belgrano en Chaco durante el gobierno de Mauricio Macri, y mencionó su desacuerdo con la decisión de trasladar la obra pública al Ministerio del Interior. «Frigerio, que era ministro del Interior, priorizaba el vínculo político con los gobernadores. La obra pública era secundaria», recordó.
Contra la corrupción
Consultado sobre cómo prevenir la corrupción en la ejecución de obras, Szymula fue directo: «Hay que cambiar el sistema. Una herramienta eficaz es la licitación ciega, donde cualquier empresa puede bajar el pliego y presentarse sin saber qué ofertas van a competir. Eso elimina el favoritismo y las maniobras».
Se refirió al caso de Lázaro Báez, donde -según él- se consolidó un esquema de competencia simulada. «Se presentaban dos empresas: una era la de él y la otra solo para justificar. Esa farsa fomentaba la corrupción», recordó.
Como ejemplo positivo mencionó la obra sobre la ruta 7, entre Presidencia de la Plaza y Colonias Unidas. «Fue originalmente adjudicada a Báez, pero se rescindió y volvió a licitarse con un sistema transparente. ¿El resultado? El precio bajó un 30%. Ese era el sobreprecio que encubría los retornos y las coimas», aseguró.
Szymula insistió en que los recursos existen, tanto nacionales como internacionales: «Para obras como el segundo puente Chaco-Corrientes están el BID y el Banco Mundial. También hay capitales privados que quieren invertir. En el mundo sobra dinero; lo que falta es seguridad jurídica».
«No me gustan los panqueques»
El referente radical no esquivó las preguntas sobre la situación actual de su partido, la Unión Cívica Radical (UCR), y fue tajante: «Yo jamás habría puesto al actual presidente del partido. Fue ministro de Economía de Cristina Fernández. A mí no me gustan los panqueques», en alusión Martín Lousteau.
Criticó también el resultado electoral en distritos clave como la Ciudad de Buenos Aires. «Presentaron una lista y no sacaron un solo diputado. Si yo fuera presidente del partido y no logro un legislador en mi propio distrito, renuncio. Está claro que no conecto con la gente», sostuvo.
Desde su experiencia como expresidente del Comité Provincial, aseguró que el radicalismo necesita con urgencia una renovación conceptual. «El mundo cambió. Pero nosotros seguimos hablando como si Illia o Goyenechea siguieran vivos. Hay que mantener los principios de honestidad, por supuesto, pero también hay que adaptarse a los nuevos tiempos», enfatizó.
Empresas estatales: «Lo que importa es que funcionen»
Szymula analizó, además, el rol del Estado en relación con las empresas públicas, un tema siempre sensible en el debate argentino. «Hace 50 años todos los países tenían aerolíneas de bandera. Hoy eso cambió. Ni Brasil, ni Chile, ni Italia sostienen líneas aéreas estatales. Estados Unidos, la principal potencia mundial, no tiene una sola aerolínea ni una petrolera pública», subrayó.
En ese marco, consideró que la discusión sobre Aerolíneas Argentinas debe hacerse sin fanatismos: «No digo que haya que privatizarla o no, digo que hay que analizar la situación con criterios objetivos. Lo que necesitamos es una aerolínea que funcione, no una de bandera por dogma».
Respecto de YPF, criticó la forma en que se desarrolló el proceso de renacionalización: «Nos metimos en un juicio internacional que nos puede salir carísimo. ¿Para qué? Para levantar la bandera. Hay decisiones que deben pensarse con la cabeza, no con el corazón», concluyó.
«El equilibrio fiscal es necesario»
En otra parte del diálogo, Szymula aseguró que «nadie puede discutir la importancia de lograr el equilibrio fiscal. El problema es el cómo, las herramientas que se utilizaron y, sobre todo, quién está pagando ese ajuste».
A su juicio, el desbalance fiscal argentino no es una novedad: «Durante años se gastó más de lo que ingresaba, no sólo en el gobierno nacional, sino también en provincias y municipios. Se tapó con endeudamiento, y cuando no se pudo pedir más, se recurrió a la emisión. Así llegamos a inflaciones extremas y sostenidas».
En ese contexto, el docente advirtió que los sectores más golpeados son los de menores ingresos. «Aunque se firmen paritarias, siempre llegan tarde. Se negocia en un mes y se aplica al siguiente, y con eso uno ya va dos o tres meses por detrás de la inflación», explicó.
«Zdero con mejor imagen»
Consultado sobre la figura de Leandro Zdero, actual gobernador y presidente de la UCR chaqueña, Szymula destacó la imagen positiva que mantiene el mandatario en la opinión pública, aunque advirtió sobre las dificultades heredadas.
«Hoy leía que la última encuesta lo posiciona como uno de los gobernadores con mejor imagen del país», señaló.
Sin embargo, matizó: «Yo creo que le ha costado muchísimo. Han quedado deudas de todo tipo, problemas de todo tipo. Esta primera etapa es poner en caja, y seguramente la segunda parte tendrá un rumbo diferente».
«Tenemos funcionarios que no están preparados»
Szymula cuestionó duramente el nivel de preparación de quienes ocupan cargos públicos.
«En algún momento tenemos que reformar ciertas cosas. No puede ser que en tres semanas se decida quién puede ocupar un cargo. Tenemos mucha gente que no está preparada. Y eso se nota», dijo.
En ese sentido, reivindicó el sistema británico de gobierno: «En Inglaterra, cuando un partido pierde, arma un gabinete en la sombra. Los mismos cargos, pero en la oposición. Así, cuando vuelven a ganar, tienen gente preparada. Acá el título solo no te habilita. Tenés que tener experiencia».
También planteó un modelo alternativo para el Congreso Nacional: «El Congreso se reúne siete veces por año. Cobran todo el año. Me gustaría un sistema como el de Dinamarca, donde se concentran las sesiones en seis meses y trabajan con sueldos bajos, con vocación de servicio».
Volver a la función pública
El exintendente no descartó volver a ocupar un cargo en la gestión provincial, aunque puso condiciones claras:
«Tuve la oportunidad, por diferentes circunstancias no lo acepté. Si se dan las condiciones y me hacen clic, puede ser. Pero no estoy para empezar la carrera de funcionario.
Cuando tenía 40 años podía aspirar a ciertos niveles. Hoy, si sirvo, bien. Si no, no me llamen».
Y dejó en claro su postura: «Nunca me arrodillé para conseguir un cargo. Conozco gente que hace lo imposible por llegar. Yo fui el único intendente desde el retorno de la democracia que no ocupó ningún cargo legislativo después.
La mayoría pasó por diputaciones provinciales o nacionales. Yo invertí más en mi profesión que en la política».
«Cristina tiene que estar presa»
En uno de los tramos más contundentes de la entrevista, Szymula se refirió a la situación judicial de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
-¿Cristina presa?
-Y tiene que estar presa. No hay argumentos que digan que no ha robado. Desde los bolsos de López, las propiedades que tienen, todo eso no se puede justificar. No me digan que ganaron la lotería.
Y recordó uno de los casos más emblemáticos: «Hasta hoy no sabemos qué pasó con los USD500 millones que por regalías le dio Menem a la provincia de Santa Cruz cuando Kirchner era gobernador».
Szymula hizo un planteo más amplio sobre el impacto institucional de la corrupción: «La corrupción degrada la economía. Y la corrupción mata. ¿Sabe por qué? Porque muchos de esos funcionarios, como De Vido, López, Jaime, se preocupaban más en hacer caja que en resolver los problemas.
El accidente del tren Sarmiento es un ejemplo claro: cuando no se gestiona, la gente muere».