La situación de las pequeñas y medianas empresas en la Argentina continúa siendo motivo de preocupación para sus representantes.
En una entrevista con Radio Libertad, Maximiliano Pisetta Báez, vicepresidente del Movimiento Nacional Pyme (Monapy), advirtió sobre el deterioro de las condiciones productivas en el país y la necesidad urgente de implementar reformas estructurales. Según sus declaraciones, el 72% de los empresarios pyme encuestados reportó una pérdida de rentabilidad en el primer semestre de 2025.
Pisetta Báez atribuyó gran parte de esta crisis a la falta de generación de empleo privado sostenido. «Argentina no genera empleo privado desde hace más de 15 años. Eso es un indicio claro de la realidad paupérrima que estamos viviendo», sostuvo.
En este sentido, remarcó que el sistema actual lleva cuatro décadas sin propiciar un entorno adecuado para el desarrollo empresarial.
En su análisis, destacó además el deterioro de la capacidad recaudatoria del Estado. «La recaudación se cae a pedazos por el bajo poder adquisitivo de la gente», expresó.
Esto afecta directamente la sostenibilidad de los gobiernos provinciales. Como ejemplo, mencionó que en el Chaco el 88% de los ingresos por coparticipación se destina al pago de sueldos, lo que condiciona la capacidad de respuesta ante un descenso de la recaudación.
Por otro lado, Pisetta Báez remarcó que esta dependencia estructural no es sostenible. «Si esos ingresos se caen, peligra el cumplimiento de los salarios o hay que salir a buscar alternativas. Eso no es saludable para nadie», advirtió.
PRESIÓN SOBRE LAS EMPRESAS
Uno de los principales reclamos del dirigente pyme se centra en la presión impositiva y el costo laboral. Aclaró que el problema no es el trabajador, a quien definió como «nuestro socio principal». En cambio, identificó como crítica la carga tributaria que enfrentan las empresas.
«Cuando una empresa paga un salario bruto de $1 millón, el costo total asciende a $1.630.000», explicó y detalló que «de esos $630 mil adicionales, el empleado no ve nada. Todo va al Estado, a través del formulario 931 que tiene más de 400 ítems, muchos de ellos pequeños curros que el Estado utiliza para sostenerse».
En este contexto, sostuvo que el tamaño del aparato estatal constituye un obstáculo. «Tenemos un Estado inconmensurablemente grande en sus tres niveles: municipal, provincial y nacional», denunció.
La carga tributaria, según Monapy no solo reduce la competitividad, sino que también afecta directamente la capacidad de inversión del sector privado. En palabras del dirigente: «El verdadero problema es el costo tributario y laboral».
ENCUESTA PYME Y PRINCIPALES INDICADORES
Durante la entrevista, Pisetta Báez compartió los resultados de una encuesta interna realizada a 147 empresarios pyme de distintos rubros y regiones. Según explicó, los resultados evidencian una pérdida generalizada de rentabilidad en el primer semestre del año.
«El 72% de los empresarios encuestados afirmó haber perdido rentabilidad en el primer semestre de 2025», sostuvo. Esta situación responde a una combinación de factores, entre ellos el aumento en los costos de servicios, energía, alquileres y otros insumos, junto con una caída significativa en las ventas.
Pisetta Báez remarcó que esta dinámica impide trasladar los costos a los precios, afectando el margen de ganancia. «Si los costos suben, pero uno no puede trasladarlos a precios porque no hay demanda, la rentabilidad se desploma», explicó.
Otra preocupación señalada fue el aumento de la deuda impositiva dentro del sector. «Muchos empresarios están tomando préstamos solo para pagar impuestos, no para invertir. Esa es una señal grave», alertó.
REFORMA LABORAL Y COMPETENCIA DESIGUAL
Consultado sobre la posibilidad de una reforma laboral, el vicepresidente de Monapy se mostró a favor de avanzar en esa dirección. «Estamos completamente de acuerdo con cualquier medida que baje costos y nos permita competir de forma más equitativa», manifestó.
Además, expresó su disconformidad con la política de apertura indiscriminada de importaciones. Señaló que esta medida afecta la capacidad de competir del empresariado local frente a productos que llegan subsidiados desde origen.
«Dejamos entrar productos de países como China que ya vienen subsidiados desde origen, generando un doble ‘dumping’. Mientras tanto, al empresario argentino, sobre todo al industrial, lo cargamos de impuestos y lo dejamos fuera de competencia», indicó.
Pisetta Báez concluyó que sin un cambio estructural profundo, las pequeñas y medianas empresas continuarán perdiendo capacidad productiva, empleo y participación en el mercado interno.