Sin dudas el principal tema de conversación en el país en estos días es el calor. Es que las temperaturas vienen siendo elevadas desde fines del año pasado en líneas generales, salvo alguna interrupción temporaria, al tiempo que el pronóstico anticipa para esta semana una intensificación de las máxima sobre el centro y norte del país, dejando una de las olas de calor más intensas de los últimos tiempos. Si bien ayer fue un día de calor, fue relativamente moderado respecto a lo que vendrá hacia mitad de semana en adelante sobre las provincias centrales del país. La ola de calor se extenderá con mucha fuerza sobre gran parte del país al menos hasta el jueves 13, con temperaturas máximas que estarán entre 10 °C y 15 °C por encima de lo normal en jurisdicciones como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, con marcas máximas que superarán los 40 °C.
Mientras que en la provincia el Servicio Meteorológico Nacional anticipó máximas que irán ascendiendo con el correr de los días de 36 °C, a 37 °C y 38 °C que se esperan para el jueves, lo cierto es que, en la zona, la sensación térmica añade varios grados más a esta previsión, y se espera que se supere también la barrera de los 40 °C, especialmente hacia el fin de semana, mientras que el domingo, el día que se espera sea el más caluroso, también se espera la llegada de lluvias y tormentas que podrían traer otro temporal alivio a los 42 °C que se estima marcará el termómetro en esa fecha.
Semana infernal
Al momento de explicar las casusas de este fenómeno, los especialistas señalan un notable centro de alta presión en todos los niveles de la tropósfera posicionado sobre el centro y norte de la Argentina favoreciendo la estabilidad y el calentamiento de las capas bajas.
Este tipo de circulación regional atmosférica es muy frecuente de encontrar en épocas de verano bajo un evento La Niña como el que se transita actualmente, favoreciendo las condiciones ideales para que se produzcan olas de calor más intensas.
Contrariamente, la inestabilidad quedará concentrada sobre la zona cordillerana de las regiones noroeste y Cuyo, con lluvias persistentes a lo largo de estos próximos días y períodos de tormentas aisladas con ocasional caída de granizo. Mientras que en el resto del centro y norte argentino seguirán muy elevadas las marcas, pero será de jueves a sábado cuando se experimente lo más intenso de esta ola de calor y, probablemente, uno de los períodos más calurosos en mucho tiempo sobre el centro del país, pudiendo batirse algunas marcas históricas luego de muchos años.
Es posible que en gran parte de la Provincia de Buenos Aires se superen los 40 °C, algo totalmente inusual de registrar. Sobre el centro y noroeste provincial podrían darse marcas de hasta 43 °C, con 40 °C incluso en cercanías de la Costa Atlántica. En Capital Federal, el viernes podría tocarse un pico de 41 °C, marcas que no se alcanzan en más de 25 años.
El calor será homogéneamente abrasador sobre el centro y norte del país y podrían experimentarse marcas de 44 °C a 45 °C en algunos puntos específicos de Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe.
Cuándo llega
el alivio
Si bien falta mucho y los pronósticos se irán ajustando, recién para el domingo se proyecta el pasaje de un frente frío sobre el centro del país con lluvias y tormentas, que traería finalmente el alivio esperado tras tantas jornadas consecutivas de calor extremo.
Un patrón de circulación atmosférica bloqueada se irá forjando con el correr de la semana, en una configuración muy poco frecuente, aunque más probable de encontrar en esta época del año bajo un evento La Niña como el actual, dando condiciones ideales para que se produzcan las olas de calor más intensas que puedan verse en la Argentina.
Esta configuración de sistemas implica el posicionamiento de una anómala alta presión en todos los niveles de tropósfera, con una extraordinaria circulación cerrada en niveles superiores sobre buena parte del centro y norte de la Argentina garantizando una extrema estabilidad y calentamiento de los niveles más bajos.
Bajo este escenario el sur de Sudamérica, y en particular Argentina, muy probablemente se convertirá a partir de próximo martes 11 en el lugar más caluroso de todo el planeta, según las proyecciones de distintos modelos meteorológicos, con marcas superando los 40 °C en amplios sectores.
Qué son y cómo prevenir los golpes de calor
Apenas se termina de salir de un extenso período de temperaturas extremas y ya comienza el camino hacia otro. No hay dudas de que esta puede ser la normalidad en los próximos años. Con una nueva ola de calor a la vuelta de la esquina, y con hospitales saturados por la pandemia, es posible que los problemas de salud relacionados con las temperaturas no tarden en llegar.
La exposición prolongada al calor puede provocar mareo, dolor de cabeza, vómitos y sensación de cansancio y decaimiento. Estos síntomas son leves y, en general, se puede tratar con descanso, un ambiente fresco e hidratación, pero cuando llegamos al golpe de calor, la cosa se vuelve más seria y se requiere asistencia médica de inmediato.
Los seres humanos tenemos dos maneras naturales de afrontar el calor, que son respirando y sudando. Por eso la humedad es un factor importantísimo. Con temperaturas extremadamente altas y mucha humedad, una persona sudará, pero el sudor no se secará en la piel, que es el mecanismo que elimina calor. Es por eso que lo que importa no es solo el calor, sino la combinación de calor y humedad, que es lo que conocemos como sensación térmica.
El otro factor importante en términos de temperatura que causa tanto la mortalidad como la morbilidad es si la temperatura desciende por la noche. Si permanece elevada aún en el período de descanso se produce un aumento en las muertes. El cuerpo se abruma porque no recibe el respiro que necesita para recuperarse del día. De ahí que las temperaturas mínimas también sean importantes para determinar una ola de calor.
exposición prolongada al calor
Cuando una persona está expuesta al calor durante mucho tiempo, lo primero que se apaga es la capacidad de sudar. Comienza transpirando intensamente, y cuando eso se detiene, el cuerpo se calienta mucho. Con el tiempo, eso afecta al cerebro, y es entonces cuando las personas comienzan a confundirse y pueden perder el conocimiento. A medida que la temperatura corporal aumenta rápidamente, el sistema nervioso central y el sistema circulatorio también se ven afectados. Es decir que, durante el período cálido, o incluso después, las personas pueden presentar problemas de salud que no están normalmente relacionados con el calor, como enfermedades renales.
Los habitantes de las ciudades que son ancianos suelen estar aislados y no tener acceso a aires acondicionados, siendo las principales víctimas de las temperaturas. Las personas obesas tienen un mayor riesgo, al igual que las personas que toman ciertos medicamentos, como así también las personas que hacen ejercicio o trabajan en el calor, que no cumplen con esos criterios.
También está claro que los habitantes de diferentes climas toleran niveles de calor distintos; y mientras las temperaturas globales aumentan y las olas de calor se vuelven cada vez más feroces, la sociedad se adaptó para lidiar con el calor mediante la tecnología y el desarrollo de acondicionadores de aire para reducir la temperatura del ambiente.
Agotamiento y golpe de calor
El agotamiento por calor es un estadio previo al golpe de calor, hay que reconocerlo para prevenir una situación más grave. Algunos indicios de este estado son: sudoración excesiva. En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina), piel pálida y fresca, sensación de calor sofocante, sed intensa y sequedad en la boca, calambres musculares, agotamiento, cansancio o debilidad, dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños), mareos o desmayo.
El golpe de calor es una situación muy grave en la que el cuerpo no puede regular su temperatura interna y alcanzar valores superiores a los 39 °C o 40 °C (medida en la axila). Además, también se observa la piel roja caliente y seca debido a que se agota la transpiración, respiración y frecuencia cardíaca acelerada, dolor palpitante de cabeza, alteración del estado mental y del comportamiento como: vértigos, mareos, desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento. Y en los casos más extremos, puede haber convulsiones.