El gobernador afirmó que Corrientes «tiene yeta, porque llovió en Chaco, en Misiones y Formosa, pero acá no». De esta forma, el mandatario provincial encontró en la mala suerte un nuevo responsable de los incendios que azotan la provincia.

El gobernador, Gustavo Valdés, le echó la culpa a la mala suerte o a la «yeta», como dijo, por los incendios que se vienen produciendo hace semanas en el territorio provincial y que están dejando consecuencias económicas y ambientales cada vez más graves.
«En la provincia llovió solo 30 milímetros en lo que va del año», afirmó Valdés durante una conferencia de prensa brindada este lunes. «Como decimos nosotros, Corrientes tiene yeta, porque llovió en Chaco, en Misiones y Formosa, pero acá no», profundizó el gobernador.
De acuerdo al mandatario, «la provincia es un polvorín» porque en algunos lugares hace más de 60 días que no llueve.
En cuanto a las pérdidas económicas, Valdés sostuvo que la estimación actual es de un daño de 25.000 millones de pesos, que por la continuidad de los incendios aumenta día a día.
«Se debe esperar, apagar el fuego y luego ver cuáles son las pérdidas en la producción de arroz, forestal, la fauna, la flora», dijo Valdés, quien añadió que «este fuego también ataca al turismo, los parques industriales y debemos poner atención a la ganadería».
Actualmente, los principales focos de incendios están en las localidades de Ituzaingó, San Miguel y Riachuelo. «Tenemos entre ocho o nueve focos diarios y en algunos casos tenemos por día tres o cuatro focos en una misma ciudad», informó el gobernador.
En Ituzaingó se vivió una situación dramática el lunes por la tarde cuando, por un desperfecto técnico, se incendió un avión que prestaba ayuda para mitigar el fuego. Los daños fueron solo materiales, ya que el piloto no se encontraba en la aeronave al momento de las llamas.
En San Luís del Palmar también se registraron grandes incendios en campos ubicados en la localidad. Allí solo se cuenta con la ayuda de un avión hidrante que no da abasta por la magnitud del incendio.