Las Jornadas Urbanismo en Clave Ambiental, realizadas en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Unne, sirvió como espacio propicio para discutir sobre uno de los principales desafíos que afrontan las disciplinas vinculadas a la Planificación, proyección y gestión urbana frente a la crisis ambiental que afecta al planeta y de la cual no será ajena la región.
«Si bien reconocemos determinados indicadores: como el calentamiento global, la pobreza, la pérdida de diversidad, la contaminación; y si bien vemos determinados síntomas: incendios, estrés hídrico como los vividos años atrás, inundaciones como la que estamos viviendo, reducción de las áreas de bosques, entre otros signos; en general, no reconocemos los vínculos entre nuestro hacer y lo que ocurre.
Por lo tanto, tampoco nos responsabilizamos…».
Así de contundente fueron algunos conceptos ofrecidos por la doctora Laura Alcalá, como parte de su conferencia sobre «Desafíos urbanos frente a la crisis ambiental» en el marco de las Jornadas Urbanismo en Clave Ambiental, realizadas en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad del Sol.
Laura Alcalá es arquitecta urbanista y doctora por la Universitat Politécnica de Catalunya en Urbanística y Ordenación del Territorio. Es docente-investigadora en la Fau-Unne y miembro del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Territorial y del Hábitat Humano (Iidthh).
En el recorrido conceptual de su disertación, la doctora Alcalá repasó los orígenes del urbanismo, sus compromisos sociales, funcionales y estéticos, recordó los distintos desafíos y contribuciones que tuvo en diferentes momentos de la historia urbana para centrarse luego en hacer una mirada crítica sobre el momento actual.
Puntualmente subrayó la incapacidad que «todos tenemos para comprender las relaciones entre la crisis ambiental y nuestras propias prácticas sobre el territorio».
«Las ciudades ocupan entre el 1% y el 2% de la superficie del planeta, sin embargo consumen el 75% de la energía. Todos somos partícipes de la construcción de estas ciudades; urbes sin límites de consumo de suelo, de agua, de energía y de producción ilimitada de desechos», señaló.
A partir de mostrar cuánto del consumo desenfrenado de las ciudades sobre el territorio y cuánto de los desechos que la actividad urbana produce impactan sobre el planeta, buscó interpelar en qué medida ese escenario es responsabilidad de las prácticas disciplinares de arquitectos, urbanistas, ingenieros.
«No nos interesamos por lo que una ciudad provoca más allá del territorio urbano, ni sobre los sistemas naturales, y tampoco somos enteramente conscientes de que al hacerlo la ciudad se vuelve también más vulnerable», señaló la doctora Alcalá.
Para fortalecer este concepto, esgrimió algunas preguntas interpeladoras: ¿Nos replanteamos la dependencia energética de una central hidroeléctrica que se encuentra 250 kilómetro aguas arriba?; ¿Dimensionamos la vulnerabilidad de nuestras ciudades en los ciclos de sequía y en los ciclos húmedos?; ¿Nos preocupamos por saber a dónde van nuestros desechos?
Planteó la necesidad de que arquitectos, ingenieros y urbanistas asuman la responsabilidad de hacerse responsables del «futuro de nuestras ciudades». «Somos partícipes de urbanizaciones que modifican irremediablemente ecosistemas. Nos negamos a aceptar límites a la urbanización en áreas bajas y avanzamos sobre el territorio del agua», expresó.
Para la doctora Alcalá, «los desafíos pasan- entre otras cosas- por: modificar la escala de reflexión, de planificación y de proyecto. En definir los distritos según las condiciones del territorio, regular a las áreas bajas como áreas de riesgo y humedales como bienes comunes».
Realizaron un encuentro para exponer miradas críticas sobre prácticas urbanísticas y cambio climático
Noticia Anterior