El presidente de la Cámara de la Construcción del Chaco, Alejandro Salgado, se refirió al reciente anuncio del gobierno nacional sobre el supuesto cierre de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
En diálogo con LA VOZ DEL CHACO, aseguró que «no se trata de un cierre, sino de una reestructuración», y criticó el enfoque comunicacional del Gobierno: «Buscan un golpe mediático».
«El Gobierno lo presenta como un cierre, pero en realidad lo que hay es una reestructuración del organismo. Se subdivide la DNV y cambia el nombre. Ya lo hicieron antes, por ejemplo con el registro de constructores, y todo sigue prácticamente igual», sostuvo Salgado.
El dirigente lamentó que una institución histórica, que «hizo toda la red vial del país y donde trabajaban profesionales de primer nivel», sea desmantelada «por una decisión política sin mayor justificación».
«Es una lástima que por decreto, y porque a alguien se le ocurre, se cambie el nombre de una institución que tuvo un rol fundamental», añadió.
Para Salgado, el cambio de denominación no tiene impacto real en el funcionamiento: «Probablemente la reestructuración sea buena, pero no se entiende por qué hacen este golpe mediático, ni por qué insultan a todo el mundo. Es más de lo mismo».
Rutas deterioradas y falta de inversión
Consultado sobre el estado de las rutas nacionales, en especial en el NEA, Salgado fue enfático: «El problema es que no se está invirtiendo en mantenimiento.
Y cuando no se hace mantenimiento, el deterioro de la infraestructura no es lineal, es exponencial. Al dejar que una ruta se degrade, los plazos de deterioro se aceleran».
A su juicio, la estrategia oficial es desviar la atención del problema real: «Lo que tratan de transmitir es que todo esto es culpa de la corrupción. Pero las rutas en mal estado no son responsabilidad del pasado, sino de que hoy no se pone un peso para mantenerlas. Es una forma de sacarse la responsabilidad de encima».
Sobre las consecuencias del abandono vial, Salgado advirtió: «Ya aumentaron los accidentes de tránsito. No tengo cifras exactas, pero es evidente. Y aunque es cierto que la gente debe circular con más cuidado en rutas deterioradas, no podemos naturalizar que no se mantengan».
También mencionó el impacto en el sistema logístico: «Todo el daño que se genera en los vehículos, en las cubiertas, en los tiempos de viaje, lo terminamos pagando entre todos.
El empresario del transporte ajusta sus precios según esos costos, y eso se traslada al consumidor. La logística en Argentina es carísima, por los impuestos, pero también por el mal estado de los caminos».
Privatización de rutas
Respecto a los planes del Gobierno de concesionar 9 mil kilómetros de rutas nacionales, Salgado afirmó que «es probable que se privaticen algunos tramos, como las rutas 11 y 16». No obstante, mostró cautela ante las dificultades que podrían surgir.
«Hay tramos que tienen suficiente tránsito como para atraer inversiones privadas. Pero no sé quién va a invertir si el Estado argentino ha sido un incumplidor serial en los últimos 50 o 100 años. Si se va a avanzar con esto, van a tener que ofrecer garantías internacionales muy firmes», advirtió.
Además, cuestionó el criterio de financiamiento: «En todo el mundo, el mantenimiento vial se financia con un impuesto a los combustibles. El peaje se utiliza cuando hay una ruta nueva que mejora las condiciones anteriores. Pero acá estamos usando peajes para mantener lo que ya existe.
Evidentemente somos un país pobre, y si no hay otra alternativa, quizás sea necesario. Pero solo se podrá aplicar a rutas de mucho tránsito».
Estado de la construcción
Consultado sobre la situación general del sector de la construcción, Salgado fue categórico: «No mejoró». Si bien reconoció que en algunas provincias con actividad minera o industrial hay algo más de movimiento, aseguró que en términos generales «la economía está muy parada».
En relación con la obra pública, explicó: «Falta inversión. Se entiende el contexto de endeudamiento que heredó este Gobierno, tanto externo como interno, con importadores, bancos, proveedores. Pero no está claro cuándo podrán empezar a invertir en infraestructura».
Tampoco fue optimista respecto a la obra privada: «Hasta que no se reactive la economía, el sector privado tampoco va a acelerar su nivel de inversión. Todo está muy frenado».
Segundo puente: una deuda histórica
Salgado también se refirió a la postergada construcción del segundo puente Chaco-Corrientes. «Todos coincidimos en que es muy necesario, pero hablar de ese proyecto hoy, en este contexto, parece hasta gracioso. Si no podemos hacer un bacheo, ¿cómo vamos a construir un puente sobre el Paraná con circunvalación incluida? Es una obra importantísima, pero hoy lo prioritario debería ser reparar las rutas que ya existen».
Finalmente, el dirigente fue consultado sobre el rumbo económico general del gobierno nacional. «Siempre creí en la buena administración.
Vivir con inflación genera una pésima calidad de vida, sobre todo para los sectores más vulnerables. El empresario no se cubre por avaricia, sino por necesidad: si vende un producto y después no puede reponerlo al mismo precio, pierde. En esa dinámica, el que sufre es el consumidor», expresó.
Salgado expresó su respaldo al enfoque macroeconómico del presidente Javier Milei: «En la macroeconomía de lo que está haciendo este Gobierno, yo creo mucho. Pero hay que ver cuánto tiempo llevará poner al país en marcha de nuevo».
Alemán: «Es la crónica de una muerte anunciada»
El vicepresidente del Centro de Empresas Constructoras, Mateo Alemán, criticó la decisión del gobierno nacional de cerrar Vialidad Nacional, y advirtió sobre las graves consecuencias que la paralización de la obra pública está generando en el sector de la construcción y en la infraestructura del país.
«Nos ha asombrado esta medida y estoy total y absolutamente en desacuerdo. Lo que estamos viendo es la anulación completa de la obra pública, que es un elemento tan noble para la convivencia humana», afirmó Alemán, al ser consultado sobre la disolución del organismo.
«Esto no es un hecho aislado, forma parte de un desmantelamiento más amplio que alcanza también al Inti, al Inta y al Registro Nacional de Constructores. Todo va camino a desaparecer», agregó.
Según el empresario, la situación de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) «es la crónica de una muerte anunciada», ya que el organismo ya se encontraba virtualmente inactivo.
«No hay mantenimiento en las rutas nacionales, hay atrasos en las licitaciones de peajes, no hay iluminación en las rutas. Un botón basta de muestra: la obra de la ruta nacional 11 y el aeropuerto, que se logró inaugurar en la gestión anterior, hoy está totalmente abandonada, sin iluminación ni seguridad, librada al saqueo. Eso era Vialidad Nacional», remarcó.
Crisis en las constructoras
Consultado sobre el presente de las empresas del sector, Alemán fue categórico: «El estado de las empresas constructoras hoy es malo, malo, malo.
Cuando asumió este gobierno, en el registro provincial de constructores teníamos más de 360 empresas habilitadas para trabajar. Hoy no llegamos a 25 activas. Muchas otras están con concursos preventivos o directamente ya desaparecieron».
El vicepresidente del Centro señaló que el empleo en el sector también sufrió un desplome drástico: «Llegamos a tener un pico de 15 mil trabajadores. Hoy quedan alrededor de 1.500, y solo en el ámbito privado, que subsiste con mucho esfuerzo».
Vivienda: desmantelamiento en marcha
Alemán también advirtió sobre el impacto de las políticas del gobierno nacional en los programas habitacionales: «No se licitó ni una sola vivienda en esta gestión. Las pocas que se entregan son de la gestión anterior, que dejó más de 3.500 viviendas en ejecución.
Se entregan de a cinco o diez por vez. Esto muestra una clara intención de vaciar los institutos de vivienda».