El 2 de junio de 2024, a cinco cuadras de la Casa de Gobierno, un grupo de asalto del COE de la Policía del Chaco baleó en el pecho con postas de goma a un joven con esquizofrenia que portaba un cuchillo. Las municiones le rompieron el esternón y casi llegan al corazón. Tras ser intervenido quirúrgicamente, salvó su vida de milagro. El comisario Miguel Ángel Z. es el único imputado por el delito de lesiones doblemente agravadas. A un año del hecho, fue citado a declarar, pero optó por abstenerse.
Una causa que investiga gravísimas lesiones sufridas por un paciente de salud mental a manos de la Policía del Chaco avanza en la Justicia provincial.
El hecho ocurrió en la madrugada del 2 de junio de 2024, en una vivienda ubicada en el microcentro de Resistencia, a pocas cuadras de Casa de Gobierno.
La intervención policial se produjo luego de que un hombre pidiera auxilio: su hijo (40), diagnosticado con esquizofrenia, estaba atravesando un brote psicótico y armado con un cuchillo. Temía que intentara quitarse la vida.
Quince minutos más tarde, se desplegó un imponente operativo en el lugar: más de veinte efectivos, dos negociadores, una ayudante fiscal y dos ambulancias.
Ante esa escena, el paciente -identificado con las iniciales A.S.L.- se refugió en su habitación. Los agentes irrumpieron en la vivienda equipados con escudos antimotines y escopetas. Al ingresar, lanzaron gas lacrimógeno.
Pero lo peor vino después, según publicó el portal judicial Litigio y que se replicó en otros medios: A.S.L. recibió disparos de postas de goma a menos de cinco centímetros de su cuerpo. A esa distancia, el efecto es prácticamente letal. Herido y afectado por el gas, fue esposado y trasladado en ambulancia al hospital Perrando.
Según la versión policial, el hombre intentó agredir a los efectivos con el arma blanca. Incluso, los propios policías radicaron una denuncia penal contra él por atentado, lesiones y amenazas contra la autoridad, que quedó en la Fiscalía Penal 1.
Durante todo el trayecto hasta el hospital, A.S.L. permaneció esposado. Las postas de goma le atravesaron el pecho: «Le rompieron el esternón, bajaron al diafragma y llegaron hasta el pericardio, la membrana que recubre al corazón», relató su padre en una nota publicada en Litigio, escrita por la periodista Noelia Moreyra.
Después de dos meses y siete cirugías, el hombre sigue con vida «de milagro».
El único imputado en la causa es Miguel Ángel Z., miembro del Cuerpo de Operaciones Especiales (COE) con rango de comisario.
Está acusado de haber disparado la escopeta Hatsan Escort calibre 12/70 que provocó las lesiones. El fiscal especial de Derechos Humanos, Luciano Santos, lo imputó por el delito de lesiones graves doblemente agravadas: por ser funcionario policial y por el uso de un arma de fuego.
Z. fue citado a declarar el pasado 2, exactamente un año después del hecho. Se presentó ante la fiscalía acompañado por sus abogados, Olga Mongelós y Leandro García Redondo, pero optó por ejercer su derecho constitucional a guardar silencio.
Durante la audiencia, la fiscalía exhibió las pruebas y testimonios reunidos, que lo señalan como presunto responsable del ataque. Se le notificó además que el Comité para la Prevención de la Tortura del Chaco actúa como querellante institucional en la causa.